El placer de la comida ISABEL OLESTI
Cuenta Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n que un d¨ªa el escritor Jes¨²s Pardo le plante¨® el dilema de c¨®mo cocinar¨ªa ¨¦l una pierna humana. A cambio, V¨¢zquez Montalb¨¢n le pregunt¨®: "?De hombre o de mujer?". "De hombre", respondi¨® Pardo. "Pues lo primero que har¨ªa es depilarla y luego ponerla en maceraci¨®n, porque creo que a la pierna humana le vendr¨ªa bien un civet".Esta historia la escuch¨¦ hace unos d¨ªas en el Bistrot del Hotel Barcel¨® Sants. No es que asistiera a una convenci¨®n de antrop¨®fagos, sino a una reuni¨®n de amantes de la buena mesa: una fiesta especial e ¨ªntima dedicada a la gastronom¨ªa y la literatura. Para ello la direcci¨®n del Hotel Barcel¨® agrup¨® a unos cuantos autores de libros de cocina que se sentaron alrededor de una mesa para celebrar un banquete de controversia dial¨¦ctica. Terminado el simposio, pasamos todos a la pr¨¢ctica, es decir, nos zampamos una suculenta cena de la mano del nuevo y joven chef David Romero, con la implicaci¨®n de Carles Gaig.
Con el decorado de fondo del parque de la Espanya Industrial y sentados en mesas ya dispuestas para el fest¨ªn, nos dispusimos a escuchar a los ponentes moderados por Joan T¨¤pia, que vino a decir m¨¢s o menos que hablando se entiende la gente y que comiendo se entiende mejor.
Albert Adri¨¤ nos habl¨® de su libro Les postres del Bulli y Javier Tomeo -premio Sent Sov¨ª con La rebeli¨®n de los r¨¢banos- confes¨® no saber cocinar ni un huevo frito. "Los que hacen 500 kil¨®metros para ir a comer me parecen unos esnobs", coment¨® m¨¢s tarde en peque?o comit¨¦. Pau Aren¨®s, autor de Els genis del foc, propuso que los escritores saquen en sus novelas a personajes que cocinen, mientras que Rafael Aracil, de la c¨¢tedra Sent Sov¨ª de la Universidad de Barcelona, afirm¨® que la gastronom¨ªa es voluptuosa porque proporciona muchas maneras de felicidad. "Assaborint descobrim el que mengem i el que som".
V¨¢zquez Montalb¨¢n se siente deudor del plato ¨²nico con que le toc¨® pasar la posguerra. Por eso esa generaci¨®n se plante¨® cambiar la vida y reivindicar el placer, que consist¨ªa, b¨¢sicamente, en sexo y gastronom¨ªa. "Yo s¨®lo s¨¦ hacer dos cosas confesables con las manos: cocinar y jugar a botones".
A Narc¨ªs Comadira la afici¨®n a la gastronom¨ªa le viene de familia, cuando ayudaba a su abuelo a cocinar. Le hubiera gustado escribir un recetario en verso, pero se ech¨® atr¨¢s porque, dice, a¨²n estar¨ªa metido en el proyecto. As¨ª es que escribi¨® unas prosas literarias hablando de cocina que se publicaron cada semana y durante dos a?os en EL PA?S. Ahora esas prosas componen el libro F¨®rmules magistrals y van acompa?adas de dibujos del mismo autor, colgados aquella tarde en las paredes del restaurante.
Le toc¨® el turno a Carmen Casas, cr¨ªtica gastron¨®mica, que elogi¨® a los presentes, y termin¨® la ronda Juan Echanove, autor de Cocina para novatos, que compar¨® el teatro con la cocina: "Preparar los personajes es cocinarlos. El teatro pretende deleitar, dar vida, igual que la cocina". Echanove dijo que se pasaba el 70% de las noches fuera de casa y que ha cenado en toda clase de restaurantes y con toda clase de gente. Termin¨® diciendo que la gente del teatro no sabe nada de cocina y que se sent¨ªa frustado de no haber interpretado nunca a Carvalho. "Pasar¨ªa el casting porque s¨¦ cocinar". V¨¢zquez Montalb¨¢n le respondi¨® que siempre hab¨ªa pensado en ¨¦l y que una vez que vio a Carvalho por televisi¨®n beb¨ªa Paternina Banda Azul, lo que le hizo apagar la tele horrorizado.
El aire que envolv¨ªa el Bistrot llevaba aromas de manjares indescriptibles; se o¨ªa el tintineo de los cubiertos y las voces de los primeros comensales que en la otra sala empezaban a cenar. Quiz¨¢ por esto no hubo preguntas y pasamos pronto a la praxis, que consisti¨® en un bufet. Nada hac¨ªa suponer que nos servir¨ªan el nefasto Paternina, por tanto empezamos pronto la ronda. Creo que el civet de pierna humana a¨²n no entra en el men¨², pero puede que alguno de los muchos chefs que se congregaron all¨ª haya cogido la idea. Si necesitan alg¨²n consejo que llamen al padre de Carvalho.
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