Uncio ante Zaplana

La noticia de que el director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Jos¨¦ Manuel Uncio, constituy¨® una sociedad para gestionar su patrimonio con ventaja, debe ser analizada con las m¨¢ximas cautelas. Se ha abierto un caso en el que a¨²n los c¨¢lculos m¨¢s prudentes de quien tiene la pen¨²ltima palabra sobre el caso van a entrar en colisi¨®n.Se trata de un asunto en el que no s¨®lo est¨¢ en juego el honor personal del alto cargo, que como el de cualquier otro ciudadano no puede ser puesto en cuesti¨®n por meras conjeturas o sospechas. La dimensi¨®n de la crisis abierta puede ser de gran envergadura, dado el relevante papel que la entidad representa como poder financiero de la Generalitat, es decir como aut¨¦ntico banco de la Administraci¨®n p¨²blica valenciana.

Es indudable que Uncio no actu¨® precisamente con prudencia cuando en enero pasado constituy¨® la sociedad Global Strategies and Financial Solution, a¨²n cuando ¨¦sta haya permanecido inactiva, como afirma el interesado. Es una actuaci¨®n que le est¨¢ estrictamente vedada en funci¨®n de su cargo y especialmente, si se tiene en cuenta el objeto de la sociedad creada: consultor¨ªa de empresas y compraventa y explotaci¨®n de toda clase de fincas r¨²sticas o urbanas. Porque, seg¨²n su propia informaci¨®n institucional, el IVF tiene como objeto solucionar "uno de los mayores problemas de las empresas a la hora de realizar sus proyectos de inversi¨®n", como "es la obtenci¨®n de financiaci¨®n a largo plazo en condiciones adecuadas". De ah¨ª que una de las actividades principales del instituto sea la financiaci¨®n a empresas privadas de hasta el 75% de sus inversiones y siempre para pr¨¦stamos superiores a 50 millones de pesetas. La incompatibilidad entre lo p¨²blico y lo privado parece aqu¨ª bastante evidente y ya se encargar¨¢ la oposici¨®n de resaltarla y de exigir las responsabilidades que se derivan.

Con todo, la mayor gravedad de todo este asunto, me temo, que no radica s¨®lo ah¨ª, sino sobre todo en el papel que le corresponde al IVF como organismo gestor de la deuda p¨²blica valenciana, es decir de los capitales tomados a pr¨¦stamo por la Generalitat en forma de pagar¨¦s, bonos y obligaciones, as¨ª como la gesti¨®n de otros fondos de inversi¨®n. Unos valores que salen a subasta competitiva y que son objeto de calificaci¨®n por parte de agencias internacionales como la famosa Moody's. La gesti¨®n del IVF est¨¢, pues, sometida al veredicto de los mercados internacionales y con ella, la solvencia de la Hacienda p¨²blica valenciana. Y aqu¨ª vale aquello que dec¨ªa Alfonso Esc¨¢mez refiri¨¦ndose a la banca en general: "Mire, nosotros no somos s¨®lo nosotros, sino como los dem¨¢s nos ven".

La relevancia del IVF como uno de los mecanismos claves del Tesoro valenciano, plantea, en consecuencia, una dif¨ªcil papeleta al presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, por muy convencido que est¨¦ de la "inocencia" con la que actu¨® Uncio a la hora de prever la gesti¨®n de una pr¨®xima herencia y dando por buena la versi¨®n alegada por el interesado en su descargo. Hasta ahora, en otras ocasiones dif¨ªciles para su Gobierno como el caso Cartagena o el asunto Cervera, Zaplana se ha demorado en entregar la pieza a las fauces de la oposici¨®n. Pero en este nuevo lance, el ojo p¨²blico va m¨¢s all¨¢ de los partidos y de la prensa y se extiende al empresariado y al sacrosanto mercado.