Reuni¨®n en la cumbre
En esta Eurocopa, el del sexo es un tema candente. Y me veo en la obligaci¨®n de lanzar una carga de profundidad. Pido perd¨®n a mis lectores m¨¢s sensibles, pero el lenguaje del f¨²tbol es poco acad¨¦mico, y, adem¨¢s, sin un m¨ªnimo de realismo, estas an¨¦cdotas no llegar¨ªan a ninguna parte. Durante el Mundial 86, cuando llev¨¢bamos un mes concentrados en M¨¦xico, parte del plantel pidi¨® una reuni¨®n para plantear una cuesti¨®n vital: las relaciones sexuales. Ya en el autob¨²s, el equipo cantaba a lo Barra Brava canciones alusivas. Cara 1: "Danos unas horas libres / un rato de libertad / as¨ª cogemos un poco / y no nos pajeamos m¨¢s". El romanticismo, como pueden ver, no tiene barreras creativas.Cuando jugadores y cuerpo t¨¦cnico llev¨¢bamos un rato largo debatiendo si hab¨ªa permiso para la desbandada general, Ricardo Bochini, que hablaba poco pero dec¨ªa lo justo, pidi¨® la palabra: "Yo a ustedes no los entiendo; son capaces de poner en peligro el campeonato por tener relaciones sexuales". La reflexi¨®n era de una responsabilidad intachable, pero Bochini se guardaba un as en la manga que ten¨ªa que ver con lo que el deporte conoce como aplazamiento de la recompensa, y la Bolsa como inversi¨®n: "?Ustedes no entienden que si salimos campeones del mundo al d¨ªa siguiente nos follamos a todo el pa¨ªs?". S¨®crates, el fil¨®sofo griego (no el brasile?o), nunca alcanz¨® tal nivel de persuasi¨®n.
- Vender humo en estado s¨®lido
Vayamos al f¨²tbol, que no es un tema menor con respecto al que acabamos de tocar. Gustos son gustos. Y ya que hablamos de fil¨®sofos, deteng¨¢monos unos segundos en las declaraciones del seleccionador noruego Nils Johan Semb: "Lo que yo intento es ganar", dijo, trat¨¢ndose de desmarcar de todos los entrenadores del mundo que, como ya sabemos, intentan perder. Y sigui¨®: "El resultado es lo primero y la est¨¦tica viene despu¨¦s"; ?a que ustedes no lo hab¨ªan pensado?. Afortunadamente, fue concluyendo: "He comprobado que la forma m¨¢s directa y simple de ganar es con balones largos" (?lo dir¨¢ por Brasil?). Nils sigui¨® haciendo una antolog¨ªa del juego primario hasta confesar que pensaba defender con nueve hombres por detr¨¢s de la l¨ªnea del bal¨®n. M¨¢s el portero, me permito recordarle, que tambi¨¦n juega y ya son 10. Un solo hombre arriba, entonces, al que es f¨¢cil de ver, porque mide 1,93 metros y f¨¢cil de nombrar, porque se llama Flo. Hacia all¨ª ir¨¢n los pelotazos mientras algunos (pocos) llegar¨¢n desde atr¨¢s para apoyar, y el resto (muchos) mirar¨¢ desde lejos sin desordenarse. Nada que alegar a las declaraciones de Nils (gustos son gustos), excepto apuntarle un par de mentirijillas. Primero: que ni ese m¨¦todo ni ning¨²n otro tiene demostrada la eficacia, porque el f¨²tbol no es una ciencia con la que se realicen contrapruebas en un laboratorio. Segundo: esos pelotazos son un m¨¦todo de defensa antes que de ataque (mientras el bal¨®n se aleja, atr¨¢s tienen tiempo de acomodarse). En teor¨ªa parece primario y aburrido, pero en la pr¨¢ctica es insoportable.
- Torre por alfil
Los Flo ser¨¢n una constante de este campeonato. Delanteros torres, de gran poder¨ªo para la disputa y el juego a¨¦reo. El m¨¢s famoso es Bierhoff (1,91), que lleg¨® hasta el Milan y la selecci¨®n alemana (esto es, a lo m¨¢ximo) dando cabezazos. El Flo de Suecia se llama Andersson (1,86), delantero pesado y de movimientos duros que tiene 70 partidos internacionales con su selecci¨®n. El de Turqu¨ªa ser¨¢ Havan Sukur (1,91), tambi¨¦n de la familia de los torpes, pero dif¨ªcil de aguantar. La Rep¨²blica Checa tiene dos buenos ejemplares: Koller (?2,02!) y Lokvenc (1,92)... Como el f¨²tbol pretende hacer desaparecer al centrocampista creativo, ya no hay una estaci¨®n intermedia para que el bal¨®n repose un poco y busque asociarse. Queda el env¨ªo largo desde atr¨¢s... Ya volveremos sobre el tema, pero qu¨¦dese con esta evidencia: cuanto menos cerebro hay en el medio, m¨¢s cent¨ªmetros hay arriba.
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