Atrapada entre el PRI y Morena, la colonia Cuarta Transformaci¨®n no termina de transformarse
Los vecinos del barrio irregular, en Tultitl¨¢n, Estado de M¨¦xico, acuerdan una consulta popular tras arrancar los nuevos nombres de las calles, que homenajeaban a L¨®pez Obrador por decisi¨®n de la alcaldesa
El cambio no lleg¨®. Era un desprop¨®sito urban¨ªstico: renombrar de la noche a la ma?ana, calle por calle, una colonia irregular, levantada con m¨¢s ma?a que fuerza por sus vecinos, para que se convirtiera en un monumento a la gloria de un expresidente. Una calle de tierra con los cables de la luz desmadejados pas¨® a llamarse Mejoramiento Urbano; otra, surcada por un r¨ªo de aguas negras, Fertilizantes para el Bienestar. Esl¨®ganes con regusto institucional y grandes ¨¦xitos de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. El propio barrio, en el municipio de Tultitl¨¢n, en el Estado de M¨¦xico, fue rebautizado como colonia Cuarta Transformaci¨®n, el ambicioso t¨ªtulo que L¨®pez Obrador dio a su proyecto pol¨ªtico. La decisi¨®n fue de la alcaldesa, Ana Castro, compa?era de filas del exdirigente en Morena. Los vecinos, primero, encajaron el chiste. Un mes despu¨¦s parece que la ocurrencia ya no hace tanta gracia.
La semana ha sido movida en la Cuarta Transformaci¨®n. Algunos de sus habitantes recorrieron el mi¨¦rcoles la colonia, arrancaron los carteles con los nombres de las calles, echaron abajo los postes con las se?ales. La placa de Revoluci¨®n de las Conciencias acab¨® en una esquina, sobre el suelo de tierra. La misma suerte corri¨® la de Sembrando Vida o Corredor Interoce¨¢nico. Tuvieron vidas ef¨ªmeras.
Hubo enfrentamientos con la polic¨ªa, al menos 40 patrullas y m¨¢s de un centenar de efectivos que trataron de paralizar las protestas. Del lado popular, pedradas e insultos. Del lado institucional, gases lacrim¨®genos cuyo humo se mezclaba con el polvo de los callejones sin asfaltar. Gildardo P¨¦rez Gabino, diputado federal de Movimiento Ciudadano y una suerte de mediador en el conflicto, asegur¨® en declaraciones recogidas por La Jornada que los agentes dispararon el gas contra los vecinos, en lugar de al aire, como manda el manual.
Tanta fue la conmoci¨®n en Fimesa ¡ªo El Paraje, depende de a qui¨¦n se le pregunte¡ª, que as¨ª se llamaba la colonia antes del cambio de nombre por decreto, que al ayuntamiento no le qued¨® m¨¢s remedio, esta vez s¨ª, que sentarse a negociar. Tras una reuni¨®n de cinco horas este jueves entre representantes de los vecinos movilizados y del Gobierno del Estado, ambas partes acordaron una consulta popular para decidir si seguir adelante con la transformaci¨®n o, mejor, dejar las cosas como est¨¢n.
Y no es que a los habitantes les disguste la idea de mejorar su barrio, pero antes de rebautizar las calles, tienen otras prioridades: asfaltar, que el alcantarillado corra bajo tierra y no a cielo abierto, que sus casas sean regularizadas y cuando haya un problema sea la Administraci¨®n local la que se ocupe, en lugar de, como ha pasado siempre en Fimesa, los vecinos.
Ya no solo es la decisi¨®n unilateral de una representante p¨²blica, electa por la gente de Tultitl¨¢n, de cambiar todas las calles para mayor gloria de su partido. Como antiguo feudo del PRI y su dictadura perfecta, los municipios del Estado de M¨¦xico conocen de cerca los caciquismos, nepotismos, despotismos y otros ismos. Es que, adem¨¢s de lo democr¨¢ticamente cuestionable de la decisi¨®n, les estaba empezando a perjudicar en su d¨ªa a d¨ªa.
Por ejemplo: en las escrituras que algunos ten¨ªan de sus viviendas y terrenos figuraban las calles pre-transformaci¨®n y nadie sab¨ªa muy bien c¨®mo actualizarlo ni cu¨¢nto dinero les iba a costar. Los beneficiarios de programas sociales no pod¨ªan recibir las ayudas porque su nueva direcci¨®n no cuadraba con la que las instituciones ten¨ªan en sus expedientes. Los m¨¢s j¨®venes del municipio, con actas de nacimiento obsoletas por el cambio, no pod¨ªan solicitar becas ni subvenciones.
A la alcaldesa Ana Castro el tiro le sali¨® por la culata. Ella se refugiaba en el vac¨ªo legal en el que se encuentran las viviendas. La mayor¨ªa de los habitantes llegaron un d¨ªa, agarraron un trozo libre de monte y erigieron ah¨ª su casa, sin m¨¢s permisos que su voluntad y quiz¨¢ alg¨²n pago por debajo de la mesa a un cacique local, as¨ª que muchas residencias no est¨¢n legalmente escrituradas.
Una nueva asamblea en 15 d¨ªas se reunir¨¢ para discutir los detalles de la consulta popular, que los vecinos quieren que sea organizada por el Instituto Electoral del Estado de M¨¦xico. Seg¨²n el abogado de los afectados, unas 300 personas, el ayuntamiento se ha comprometido a no reinstalar las placas y a esperar los resultados de la votaci¨®n. Fimesa, El Paraje o La Cuarta Transformaci¨®n vivir¨¢ hasta entonces en un limbo urban¨ªstico, atrapada entre el pasado priista y el futuro morenista.
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