Dos maneras de ver las cosas
No ha tenido la misma suerte el Banco de Pagos Internacionales (BPI) que la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) a la hora de publicitar su informe sobre la situaci¨®n econ¨®mica. La OCDE mereci¨® honores estelares en los medios de comunicaci¨®n y su optimismo (la econom¨ªa de los pa¨ªses europeos atraviesa su mejor momento desde 1998; Estados Unidos vive la mayor expansi¨®n de todo el siglo; la econom¨ªa de Espa?a crecer¨¢ m¨¢s que la de sus socios europeos; los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina se recuperan tras a?os de crisis, etc¨¦tera) se reflej¨® abundantemente.La OCDE genera ideolog¨ªa, pensamiento. Crea estados de opini¨®n. "Nuestro papel es pensar", afirm¨® hace unos meses el presidente de una de las reuniones ministeriales de este organismol. El BPI, pese a ser una especie de banco central de bancos centrales, no ha conseguido esa misma centralidad, seguramente porque sus componentes, los gobernadores de esos bancos, tienden a una mayor discreci¨®n. Si la OCDE se equivoca, no pasa casi nada, excepto la p¨¦rdida de credibilidad; si los banqueros yerran, sus vaticinios se cuentan en p¨¦rdidas de millones de d¨®lares o euros. Creado en 1930, con sede en Basilea, el BPI naci¨® para facilitar la liquidaci¨®n de las reparaciones de Alemania a los aliados tras la Gran Guerra.
En esta ocasi¨®n, el informe anual del BPI ha sido bastante m¨¢s renuente sobre la coyuntura que el informe semestral de la OCDE. En el primero se destaca que la econom¨ªa mundial est¨¢ amenazada por la burbuja financiera y, m¨¢s concretamente, por el nivel de los precios de las acciones. El BPI considera "incierta" la evoluci¨®n de la econom¨ªa mundial y recuerda las crisis financieras y monetarias de los ¨²ltimos diez a?os, la mayor parte de ellas imprevistas y con gran efecto de contagio (aunque la recuperaci¨®n se haya mostrado m¨¢s r¨¢pida). El Sistema Monetario Europeo en 1992, M¨¦xico en 1994 y 1995, Asia en el verano de 1997, Rusia y Brasil en 1998 son algunos de los ejemplos de estas crisis imprevisibles.
El informe del banco insiste en que el precio de los activos, fundamentalmente de las acciones, ha subido mucho, y aunque ello haya creado satisfacci¨®n en sus beneficiarios tambi¨¦n existe el riesgo de que provoque "valoraciones injustificadas, como tantas veces sucedi¨® en el pasado". El banco de Basilea critica el apalancamiento, es decir, la compra de acciones mediante el endeudamiento, sobre todo en Estados Unidos. Las familias norteamericanas se sienten m¨¢s ricas de lo que realmente son (el denominado efecto riqueza), a pesar de que sus ingresos son, como media, pr¨¢cticamente los mismos que hace diez a?os. La raz¨®n est¨¢ en la Bolsa; un 48% de los hogares invierte en los mercados burs¨¢tiles y el valor medio de sus inversiones alcanza alrededor de los cuatro millones de pesetas. El ingreso medio por familia es ahora muy poco superior al de 1989: 5,37 millones de pesetas frente a 5,28 millones, lo que contrasta con la riqueza neta familiar, ya que el promedio pasa de 9,6 millones de pesetas a 11,5 millones: una subida de casi el 17% debido a su presencia en la Bolsa. Si en 1989 menos de un tercio de las familias de EE UU invert¨ªa parte de sus ahorros en los mercados de valores, el porcentaje ahora es del 48%. Mucha gente est¨¢ gastando a cuenta de sus ingresos futuros y una debilidad burs¨¢til podr¨ªa conllevar la restricci¨®n del gasto y una recesi¨®n.
El BPI advierte espec¨ªficamente de la sobrevaloraci¨®n de los valores tecnol¨®gicos, a pesar de la correcci¨®n que han experimentado en las ¨²ltimas semanas. Esos valores tecnol¨®gicos han devenido en una especie de nuevo Eldorado de estos tiempos. Conviene tener en cuenta tambi¨¦n estas llamadas a la prudencia, no s¨®lo el optimismo desbordado de la OCDE.
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