Espa?a e Italia reclaman a la UE una pol¨ªtica com¨²n para luchar contra la inmigraci¨®n ilegal.

Espa?a e Italia presentar¨¢n una iniciativa conjunta ante la UE para que ¨¦sta tenga una pol¨ªtica com¨²n de inmigraci¨®n. As¨ª lo anunciaron ayer, tras la cumbre bilateral celebrada en N¨¢poles, los jefes de los gobiernos espa?ol e italiano, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Giuliano Amato. Ambos pa¨ªses est¨¢n en la frontera sur de Europa y son los m¨¢s afectados por la llegada masiva de sin papeles: magreb¨ªes y subsaharianos en el caso espa?ol, y albaneses y kurdos, en el italiano. Aznar y Amato propusieron incluso ampliar a esta materia la f¨®rmula de cooperaci¨®n reforzada que se aplica, por ejemplo, a la moneda ¨²nica, y que permitir¨ªa que un n¨²cleo de pa¨ªses pudiera armonizar ya el control de sus fronteras, sin esperar a que los dem¨¢s se sumen al acuerdo.

El primer ministro italiano subray¨® que la inmigraci¨®n no es un problema nacional sino europeo, pues "quienes entran en Espa?a o Italia lo hacen en la Uni¨®n", por lo que es necesario que haya "reglas comunes y responsabilidades compartidas para la admisi¨®n y expulsi¨®n de inmigrantes". Aznar, por su parte, revel¨® que los ministros de Justicia e Interior de los dos pa¨ªses han recibido ya el encargo de preparar una iniciativa conjunta ante la UE que, a su juicio, no s¨®lo resulta "posible y deseable" sino que ser¨¢ "bien recibida" por los dem¨¢s socios."Ordenar los flujos de inmigrantes es el mejor sistema para equiparar sus derechos a los de los residentes nacionales", argument¨® el jefe del Gobierno espa?ol. Tras preguntarse por qu¨¦ no se puede abordar este fen¨®meno con la misma filosof¨ªa de integraci¨®n europea que regula otras materias, concluy¨® que "Espa?a est¨¢ totalmente dispuesta a ello". Hasta ahora, la Uni¨®n Europea ha avanzado hacia una pol¨ªtica com¨²n de asilo, pero mantiene la cooperaci¨®n entre polic¨ªas en el marco de la colaboraci¨®n intergubernamental.

La iniciativa hispano-italiana pasa por llevar hasta sus ¨²ltimas consecuencias la consideraci¨®n de las fronteras exteriores de la UE como fronteras comunes. Ello supone no s¨®lo que las normas de admisi¨®n y expulsi¨®n de inmigrantes sean las mismas, como apunt¨® ayer Amato, sino que los cuantiosos costes econ¨®micos derivados de su control tambi¨¦n puedan ser compartidos. Espa?a quiere, adem¨¢s, que los acuerdos bilaterales de readmisi¨®n de ilegales, como el que tiene con Marruecos, adquieran car¨¢cter comunitario y sean negociados por Bruselas.

Amato subray¨® la conveniencia de que los mecanismos europeos de control de la inmigraci¨®n se "pongan a prueba", aunque sea s¨®lo por parte de algunos pa¨ªses, antes de que la UE se ampl¨ªe con nuevos miembros que, como Polonia, Chequia o Hungr¨ªa, llevar¨¢n las fronteras de la Uni¨®n hacia el Este, complicando a¨²n m¨¢s la actual situaci¨®n.

La elaboraci¨®n de una iniciativa conjunta sobre control de fronteras fue uno de los pocos frutos concretos del seminario que, durante dos d¨ªas, reuni¨® en N¨¢poles a once ministros (Econom¨ªa, Exteriores, Interior, Defensa, Ciencia y Tecnolog¨ªa y Portavoz) de los dos Gobiernos. Aunque Espa?a e Italia comparten puntos de vista en muchas de las reformas institucionales que debe abordar la Conferencia Intergubernamental -pues se trata de dos pa¨ªses meridionales y medianos desde el punto de vista econ¨®mico y demogr¨¢fico-, Aznar evit¨® trasladar la idea de un frente hispano-italiano en la UE, en contraposici¨®n al franco-alem¨¢n. La debilidad del Gobierno italiano, sumido en una crisis cr¨®nica, le invalida como socio fiable, a ojos del Ejecutivo espa?ol.

Tampoco Amato, m¨¢s all¨¢ de las buenas palabras, se mostr¨® muy generoso con sus hu¨¦spedes. Preguntado sobre si est¨¢ dispuesto a apoyar la incorporaci¨®n de Espa?a al G-8, el club de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo, el primer ministro italiano respondi¨® dando largas y explicando que, aunque no est¨¢ cerrado a que cambie la composici¨®n de los organismos internacionales, tampoco es partidario de las "revoluciones".

Aznar, orgulloso, se mostr¨® convencido de que Espa?a acabar¨¢ ingresando "de forma natural" en el G-8, pero asegur¨® que este asunto "no forma parte de ninguna obsesi¨®n de la pol¨ªtica espa?ola". Ambos pa¨ªses s¨ª est¨¢n de acuerdo en flexibilizar las sanciones impuestas a Austria.