Estados Unidos teme un frenazo en las negociaciones de paz
La Casa Blanca anuncia que Albright encabezar¨¢ la delegaci¨®n estadounidense
Nadie duda en Washington de que la muerte de Hafez el Asad es negativa a corto plazo para el endeble proceso de paz entre Siria e Israel, que apadrina el presidente de EEUU, Bill Clinton. El pragmatismo del presidente sirio era una de las pocas bazas a favor de una culminaci¨®n de ese proceso antes del final de la presidencia de Clinton, dentro de siete meses. Ahora, el proceso queda en suspenso, mientras el sucesor, Bachar el Asad, se consolida en el poder.
Clinton, que efectuaba ayer una visita al Carleton College, en Minnesota, reaccion¨® con rapidez. El presidente se declar¨® "entristecido" y expres¨® sus condolencias a la familia y al pueblo sirio y record¨® que, desde la Conferencia de Paz de Madrid, Asad hab¨ªa adoptado "la elecci¨®n estrat¨¦gica de la paz". "Deseamos seguir trabajando con Siria para conseguir el objetivo de una paz global", subray¨®.La Casa Blanca anunci¨® por la noche que la secretaria de Estado, Madeleine Albright encabezar¨¢ la delegaci¨®n estadounidense que acudir¨¢ a los funerales de Asad. Clinton sopes¨® la oportunidad de ir ¨¦l mismo, pero se trataba de una decisi¨®n harto delicada; el fallecido no era un aliado o un socio y su mano estuvo, en el pasado, detr¨¢s de operaciones violentas que tuvieron a estadounidenses como v¨ªctimas. Pero al mismo tiempo, una hipot¨¦tica presencia de Clinton en esos funerales hubiera representado un gesto amistoso hacia el pueblo sirio y el mundo ¨¢rabe en general.
El ¨²ltimo encuentro entre los dos l¨ªderes tuvo lugar en Ginebra el 26 de marzo, y fue un rotundo fracaso. Clinton intent¨® reactivar el proceso de negociaciones directas en Washington entre Siria e Israel, iniciado en diciembre de 1999, pero se top¨® con una muralla. Como era habitual en sus entrevistas con l¨ªderes extranjeros, Asad solt¨® un interminable discurso sobre la necesidad de que Israel devuelva hasta la ¨²ltima pulgada de los Altos del Gol¨¢n, que arrebat¨® militarmente a Siria en la Guerra de los Seis D¨ªas, en 1967.
Hasta que Israel no acepte la idea de una devoluci¨®n completa, Siria no efectuar¨¢ la menor concesi¨®n, dijo Asad a Clinton. El estadounidense respondi¨® que la restituci¨®n del Gol¨¢n podr¨ªa ser el resultado final de las negociaciones entre Siria e Israel, pero dif¨ªcilmente su punto de partida. Ah¨ª se estanc¨® el ¨²ltimo di¨¢logo directo entre un ya muy enfermo Asad y Clinton. Despu¨¦s, la retirada israel¨ª del sur de L¨ªbano complic¨® las cosas, arrebat¨¢ndole al sirio un argumento.
Pero Clinton, como sus predecesores, no quiso enfadarse demasiado. Ya en los a?os setenta, Henry Kissinger afirm¨® que, pese a su manera autoritaria de gobernar Siria, sus ambiciones sobre L¨ªbano y su patrocinio de organizaciones terroristas, Asad era "un factor de equilibrio en Oriente Pr¨®ximo". A diferencia del iraqu¨ª Sadam Husein, Asad conoc¨ªa sus l¨ªmites. Era mucho m¨¢s astuto y pragm¨¢tico que el dictador de Bagdad. Pese a toda la ret¨®rica oficialista que le presentaba como el nuevo Saladino, Asad evitaba a toda costa el enfrentamiento militar directo con Israel.
El mi¨¦rcoles, la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, se entrevist¨® en El Cairo con el ministro sirio de Exteriores, Faruk al Sharaa. Siria, seg¨²n Albright, dijo estar interesada en reabrir las negociaciones de paz con Israel, de las que se celebraron en diciembre y enero dos rondas en Washington. Pero de inmediato, el ministro sirio le espet¨® a Albright que Siria s¨®lo participar¨¢ en una tercera ronda si Israel acepta por adelantado que terminar¨¢ retir¨¢ndose por completo de los Altos del Gol¨¢n.
Era el mismo punto muerto que en Ginebra. "No encontr¨¦ la menor indicaci¨®n de un cambio", asegur¨® Albright tras el encuentro con su interlocutor sirio.
Si las cosas estaban de esta manera antes de la desaparici¨®n de Asad, ¨¦sta s¨®lo puede contribuir a empeorarlas a corto plazo, pensaban ayer los especialistas en Oriente Pr¨®ximo del Departamento de Estado y la Casa Blanca. El principal problema de Clinton y su equipo es el tiempo. La Casa Blanca sue?a con cerrar los dos procesos de paz en curso en Oriente Pr¨®ximo, el de Israel con los palestinos y el de Israel y Siria, antes de final de a?o, ya que en enero Clinton ceder¨¢ la Casa Blanca a Al Gore o a George Bush.
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