Espa?a comienza su gran desaf¨ªo
La selecci¨®n se estrena ante Noruega con la necesidad de luchar contra sus propios prejuicios y un car¨¢cter tradicionalmente afectadizo
No hace mucho, el grupo de Espa?a en la Eurocopa parec¨ªa sencillo, dentro de lo azaroso que siempre resulta el f¨²tbol. A d¨ªa de hoy, la selecci¨®n espa?ola aguarda con ansiedad el partido con Noruega, equipo que ha alcanzado alg¨²n prestigio en los ¨²ltimos a?os. En el Mundial de Francia puso contra las cuerdas a Brasil y en 1994 no se resign¨® frente a Italia. Equipo, en fin, que se mira en el modelo brit¨¢nico, con varios jugadores en la Premiere League. Situada en las ant¨ªpodas futbol¨ªsticas de Espa?a, Noruega despierta en estos d¨ªas mayores temores de los deseables. Contra ese prejuicio deber¨¢ luchar la selecci¨®n en un partido que se antoja crucial, como todos los que sirven de arranque en los grandes torneos. Por tradici¨®n, en las primeras citas de las competiciones importantes el equipo espa?ol ha tenido un car¨¢cter demasiado afectadizo, defecto que no se puede permitir frente a un rival que le juega igual a Brasil que a Malta. Los noruegos saben perfectamente a lo que juegan y no van a ceder ni un mil¨ªmetro en su plan. Es la manera de jugar que les ha puesto en el mapa. Les va bien y no van a cambiar. Pero, ?a qu¨¦ va a jugar Espa?a?No hab¨ªa dudas hasta hace dos semanas. El equipo hab¨ªa encontrado el camino, una ruta bien diferente a la de Noruega. Si la mantiene con todas las consecuencias, significar¨¢ que Espa?a entra sin complejos en la Eurocopa. Cualquiera que sea el reciente prestigio de los noruegos, es infinitamente menor que el de un pa¨ªs que ha colocado a dos finalistas en la Copa de Europa, que ha conquistado el ¨²ltimo Mundial sub 20 y que ha alcanzado brillantes clasificaciones en todas las categor¨ªas del f¨²tbol.
Y de ninguna manera se puede decir que el papel de los futbolistas espa?oles ha sido menor en la era Bosman. La dependencia del Real Madrid con Ra¨²l, Fernando Hierro, Iv¨¢n Helguera e Iker Casillas es indiscutible, tanto como la del Barcelona con Guardiola cuando se trata de definir el estilo del equipo, o la del Deportivo con Fran, o la del Valencia con Mendieta y Gerard. No son jugadores de acompa?amiento. Son estrellas en los mejores equipos del continente. No se podr¨ªa entender su claudicaci¨®n en el equipo nacional, y menos en este campeonato europeo, donde Espa?a tiene la oportunidad de dar vuelta a su historia en los grandes torneos.
Por encima del respeto al adversario, est¨¢ la confianza en la calidad propia. As¨ª han escrito la historia los grandes patrones del f¨²tbol mundial: los brasile?os y los alemanes, los italianos y los argentinos. Es el paso adelante que deber dar el equipo de Camacho. Quiz¨¢ porque Espa?a ha sido por tradici¨®n un pa¨ªs tribal en el f¨²tbol -los clubes han cumplido un papel m¨¢s destacado que el equipo nacional-, falta una gran Eurocopa o un gran Mundial para dar carta de naturaleza a la selecci¨®n entre las grandes potencias.
Todos los datos apuntaban a este torneo como la oportunidad de consagrar al f¨²tbol espa?ol. Eso parec¨ªa cuando se celebr¨® el sorteo y se conoci¨® a los rivales en la primera fase. Nada ha cambiado en estos meses. Todo lo contrario. Espa?a -la selecci¨®n y los equipos- han merecido los elogios de la cr¨ªtica extranjera, que se pregunta por las razones de la eclosi¨®n de nuestro f¨²tbol. Ha llegado la hora de explicarlo: con buen juego, con imaginaci¨®n, con car¨¢cter, sin complejos injustificados.
M¨¢s que Noruega, ¨¦se es el principal desaf¨ªo de la selecci¨®n espa?ola.
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