THE WASHINGTON POST, "Transici¨®n en Siria"

El presidente sirio Hafez el Asad (...) fue un dictador inmisericorde. Los historiadores deber¨¢n pulir bien para encontrar rasgos positivos en su persona. Pero personific¨® una perversa fiabilidad. (...) Era fiablemente intransigente, fiablemente hostil con Israel y apoyaba de forma fiable el terrorismo. Sin embargo, en ocasiones, se arg¨¹¨ªa que la fiabilidad de Asad ser¨ªa muy buena para la estabilidad de cualquier acuerdo de paz que hubiera firmado con Israel. (...) Sol¨ªa cumplir lo que firmaba. Muchos israel¨ªes pensaban que ¨¦l podr¨ªa dar a Siria una paz estable. El intenso odio hacia sus enemigos le daba credibilidad en la consecuci¨®n de acuerdos de paz y de ¨¦l se hizo una figura ¨²nica en el proceso de paz de Oriente Pr¨®ximo. Es como si Nixon hubiera muerto antes de hacer su viaje a China. Ha tenido Asad muchas ocasiones de hacer ese viaje, pero es f¨¢cil creer que ¨¦l no lo hubiera hecho jam¨¢s. Ahora su hijo y sucesor, Bachar, parece interesado en un aperturismo de Siria y en una liberalizaci¨®n de su econom¨ªa y del sistema pol¨ªtico sirio, pero (...) no tiene en absoluto claro que pueda asumir el control en su pa¨ªs. (...) Lo importante, mientras tiene lugar la transici¨®n en Siria, es mantener la tranquilidad en la frontera de Israel y L¨ªbano. Quien tenga el poder en Siria debe advertir a Hezbol¨¢ de que nada bueno sacar¨ªa si empezaran a sonar los disparos, lo que enfangar¨ªa a los tres Estados en un c¨ªrculo de violencia que dificultar¨ªa cualquier proceso para la consecuci¨®n de la paz, incluso si el sucesor de Asad muestra mayor inclinaci¨®n por ¨¦sta que la que tuvo el dictador muerto.Washington, 12 de junio