El mal estreno de toda la vida
Camacho ya vivi¨® como jugador una derrota en el partido inaugural, ante Brasil, en M¨¦xico '86
Si Jos¨¦ Antonio Camacho busca una referencia positiva, un clavo ardiendo al que agarrarse, lo tiene. En M¨¦xico 86, Espa?a perdi¨® ante Brasil (0-1) en el partido inaugural y despu¨¦s remont¨® hasta alcanzar los cuartos de final, en los que sucumbi¨® ante B¨¦lgica. Fue el d¨ªa del gol fantasma de Michel, en un disparo lejano que bot¨® dentro de la porter¨ªa sin que el ¨¢rbitro lo viera. Camacho era el capit¨¢n de aquella selecci¨®n. Jug¨® de central -ya no ten¨ªa velocidad para hacerlo de lateral izquierdo-, y a buen seguro que utiliza ahora esa experiencia para recuperar an¨ªmicamente a sus jugadores.Hay, sin embargo, una peque?a diferencia. Espa?a dej¨® entonces una buena imagen, un f¨²tbol notable Ayer fue otra cosa. Hubo la sensaci¨®n de que se trataba de un partido ya visto, el choque inaugural de toda la vida: un inicio agarrotado, un desarrollo mediocre y un final precipitado, a contrapelo por la inminencia de la derrota.
A esta trama habitual se ha a?adido en los dos ¨²ltimos grandes torneos la pifia clamorosa del portero espa?ol: Zubizarreta, ante Nigeria, convirti¨® en gol un centro raso de Babayaro desde la izquierda en el pasado Mundial de Francia (2-3); ayer, Molina midi¨® mal su salto e Iversen cabece¨® inopinadamente a gol a un metro de la l¨ªnea del ¨¢rea grande.
Son ya cl¨¢sicos ya en la selecci¨®n los gruesos errores de sus guardametas: el de Arconada en el Mundial de Espa?a '82 ante Irlanda del Norte, cuando le dej¨® el bal¨®n muerto a Armstrong tras un centro sin peligro; o la del mismo Arconada en la final de la Eurocopa de Francia '84 ante la anfitriona: aquel tirito de falta de Platini que se le escurri¨® entre el cuerpo al meta vasco en unas d¨¦cimas de segundo interminables para los hinchas espa?oles.
Tambi¨¦n como toda la vida, Espa?a no mereci¨® perder. No jug¨® bien, evidentemente. Pero el rival tampoco: se limit¨® a aprovecharse de los errores espa?oles. Por mucho que Camacho lo achacara ayer a la mala suerte, de nada le sirve a Espa?a agarrarse al capricho del calendario (era martes y 13): ha ocurrido en martes, en mi¨¦rcoles y en cualquier d¨ªa de la semana y del mes. Es tradici¨®n.
Las estad¨ªsticas son implacables con la selecci¨®n en los partidos inaugurales: seis derrotas, seis empates y tan s¨®lo tres victorias. Dos de los dos triunfos, adem¨¢s, se recuerdan en blanco y negro (en el Mundial de Italia '34 ante Brasil, 3-1, y en el de Brasil '50 ante EEUU, 3-1). La ¨²ltima victoria, en la Eurocopa de Alemania '88 ante Dinamarca (3-2), result¨® in¨²til: el equipo que dirig¨ªa Miguel Mu?oz cay¨® en la primera fase.
Si echamos la vista escalonadamente atr¨¢s, la pel¨ªcula se repite con ligeras variaciones. En la pasada Eurocopa, el apurado empate a uno con Bulgaria (marc¨® Alfonso) sigui¨® el gui¨®n habitual. El Mundial de EE UU '94 arranc¨® con un 2 a 2 ante Corea del Sur en un partido floj¨ªsimo. Goikoetxea y Julio Salinas lograron con sus goles un punto que despu¨¦s bast¨® para superar la primera ronda. M¨¢s abajo, en el Mundial de Italia '90, Espa?a volvi¨® a decepcionar con un indigesto 0-0 ante Uruguay.
Un empate con Honduras
En Francia '84, la selecci¨®n empat¨® a uno con Rumania (marc¨® Carrasco) en otro arranque mediocre que no hac¨ªa presagiar el extraordinario campeonato que acab¨® en Par¨ªs con el subcampeonato de Europa. Mucho peor es el recuerdo del Mundial de Espa?a '82, cuando empat¨® en Mestalla a uno con la potente Honduras (1-1) y s¨®lo pudo marcar de penalti L¨®pez Ufarte.
En los otros dos Mundiales precedentes -Argentina '78 e Inglaterra '66-, el estreno result¨® otro gran fiasco: en el primero perdi¨® 1-2 ante Austria y en el segundo 1-2 ante Argentina. Pero tambi¨¦n cay¨® en Chile '62: 0-1 ante Checoslovaquia. Perder o empatar de inicio es, por tanto, tradici¨®n para Espa?a.
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