El ermita?o del norte
Descrito durante a?os como un alcoh¨®lico, juerguista y un solitario incapaz de relacionarse, Kim Jong-il dej¨® at¨®nitos a sus hu¨¦spedes cuando habl¨® en p¨²blico ante las c¨¢maras y ante su invitado surcoreano de su car¨¢cter ermita?o. "No entiendo por qu¨¦ los europeos me llaman ermita?o", dijo. "He estado en China, en Indonesia y he hecho otras muchas visitas no oficiales al extranjero, pero le gente sigue pensando que soy un ermita?o". "Y ahora dicen que la visita del presidente me ha liberado de mi vida de ermita", concluy¨® con una sonrisa que provoc¨® las carcajadas de la delegaci¨®n de Corea del Sur.Hasta la fecha s¨®lo se conoc¨ªan tres viajes internacionales del l¨ªder, uno a Alemania del Este acompa?ando a su padre y dos a China, el ¨²ltimo a principios de mes para preparar la cumbre intercoreana, y nunca ha recibido en Pyongyang a un dignatario extranjero. Aunque se cree que ha visitado todos y cada uno de los cuarteles de su pa¨ªs, a Kim Jong-il se le ha visto muy poco en p¨²blico desde que hered¨® el poder y en contadas ocasiones ha pronunciado un discurso.
"Est¨¢ aprovechando la visita del presidente Kim Dae-jung para demostrar al mundo que no es un dirigente aislado ni amenazador", afirma Kang Sung-yoon, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Se¨²l. El r¨¦gimen norcoreano ha sido acusado por Se¨²l y por Washington de fomentar el terrorismo, de desarrollar un peligroso programa nuclear y misiles de largo alcance y, a causa de su inmovilismo econ¨®mico, de haber provocado una gran hambruna. "Ahora ha pasado de ser delincuente a estadista", ironiza un diplom¨¢tico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.