El congreso del PSC consagra el liderazgo de Maragall con una votaci¨®n de advertencia
Pasqual Maragall, el candidato m¨¢s votado en las pasadas elecciones auton¨®micas catalanas -4.879 votos m¨¢s que Jordi Pujol- no es el dirigente m¨¢s querido por los delegados de su partido. As¨ª lo pusieron de manifiesto en la votaci¨®n de la nueva direcci¨®n, realizada en la ¨²ltima jornada del 9? congreso del PSC, que concluy¨® ayer en Barcelona. Jos¨¦ Montilla, nuevo primer secretario; Miquel Iceta, responsable de acci¨®n pol¨ªtica y electoral, y Jos¨¦ Borrell, secretario de prospectiva y formaci¨®n, cosecharon m¨¢s votos que su l¨ªder y presidente en un c¨®nclave que ha renovado a fondo la direcci¨®n.
No fue una votaci¨®n de castigo, pero s¨ª de advertencia. Maragall obtuvo el voto de 620 delegados; Borrell, el de 621; Iceta, el de 640, y Montilla, el m¨¢s respaldado, el de 645.Con todo, el nuevo presidente del PSC ha alcanzado buena parte de los objetivos que se hab¨ªa marcado. El partido ha hecho suyo el programa con el que Maragall concurri¨® a las elecciones y se ha renovado: algunos dirigentes hist¨®ricos, como Narc¨ªs Serra y Raimon Obiols, Joan Revent¨®s, Llu¨ªs Armet y Antoni Siurana, entre otros, han pasado a segundo plano sin mayores problemas (28 miembros de la ejecutiva han dejado de pertenecer a ella). El partido tambi¨¦n ha colocado a 11 mujeres (el 40%) en una ejecutiva de 29 miembros electos, de los que una decena son seguidores de Maragall, frente a 19 del aparato. Adem¨¢s, se ha logrado que la secretar¨ªa de organizaci¨®n sea ocupada por un candidato de consenso, Joan Rangel, alcalde de Caldes d'Estrac y vicepresidente de Hacienda de la Diputaci¨®n de Barcelona, frente a Iceta, que era el candidato propuesto por Montilla y auspiciado por una parte de los dirigentes territoriales.
Sin embargo, estas mayor¨ªas son relativas, puesto que los representantes del aparato s¨®lo actuar¨¢n como tales en caso de que consideren que las propuestas del candidato a la presidencia de la Generalitat debilitan al partido en favor de plataformas c¨ªvicas, como es el caso de Ciutadans pel Canvi. En otros asuntos -federalismo, pol¨ªtica econ¨®mica y descentralizaci¨®n- no hay unanimidad y puede haber mayor¨ªas distintas seg¨²n la cuesti¨®n debatida.
Esto no atemoriza ni a Maragall ni a Montilla. Al rev¨¦s, ambos subrayaron ayer en los discursos de clausura que la experiencia de este congreso les ha ratificado en su convicci¨®n de que podr¨¢n trabajar al un¨ªsono y entenderse. Maragall destac¨® que Montilla, alcalde de Cornell¨¤ de Llobregat, nacido en un pueblo de la provincia de C¨®rdoba y llegado a Catalu?a en 1971, "es un representante de los nuevos catalanes, la gente m¨¢s valiosa que hay en Catalu?a, la que impregnaba de acento andaluz las manifestaciones del Onze de Setembre" en los a?os setenta.
Tambi¨¦n record¨® que Montilla le hab¨ªa advertido despu¨¦s de las elecciones legislativas de que "Pujol est¨¢ seguro de que nos enfrentaremos y est¨¢ seguro de que ¨¦sta es su ¨²nica salvaci¨®n. Pues bien, no nos hemos enfrentado. Con Montilla iremos bien, lo haremos bien".
Tanto Montilla como Maragall hicieron buena parte de sus discursos en castellano, ejemplo de la importante renovaci¨®n que se est¨¢ produciendo en la direcci¨®n. Maragall se congratul¨® de que hubiera sido posible pasar de una direcci¨®n de 52 miembros a s¨®lo 29, en una operaci¨®n que hubiera sido imposible sin la buena predisposici¨®n a la renuncia personal y a facilitar los acuerdos. "Me comprometo a tener un papel arbitral para que los que hoy son minor¨ªa puedan dejar de serlo", coment¨®. "Necesitamos pluralismo y reconciliaci¨®n, con el reconocimiento de la diversidad interna y un generoso anhelo de cerrar heridas hist¨®ricas compartido por todos".PASA A LA P?GINA 4
Maragall convoca a los militantes a hacer del PSC el primer partido de Catalu?a
VIENE DE LA P?GINA 1 La buena marcha del congreso ha insuflado confianza a Pasqual Maragall y a los dem¨¢s dirigentes del PSC para convertir en realidad uno de los objetivos b¨¢sicos que se fijaron al convocarlo: convertir al PSC en el primer partido del pa¨ªs. Es una condici¨®n imprescindible para arrebatar a CiU el Gobierno de la Generalitat y en la sesi¨®n de clausura Maragall mostr¨® a los delegados su satisfacci¨®n por haber puesto al PSC "a punto para ser la primera fuerza pol¨ªtica de Catalu?a".
Para ello se requiere no s¨®lo ser la fuerza m¨¢s votada en las elecciones, algo que el PSC ha logrado en las ¨²ltimas cinco convocatorias a las urnas. Hace falta tambi¨¦n, se?al¨®, ser el partido m¨¢s y mejor implantado en el territorio catal¨¢n; ser el partido m¨¢s representativo de la sociedad catalana, el que mejor dialoga con ella y mejor expresa sus anhelos. Convirtiendo esto en realidad, afirm¨®, el PSC enviar¨¢ a los ciudadanos el mensaje de que "est¨¢ preparado para gobernar el cambio y el salto hacia delante de Catalu?a".
Montilla y Maragall tuvieron palabras de reconocimiento para Joan Revent¨®s, Raimon Obiols y Narc¨ªs Serra, los dirigentes que han ejercido la m¨¢xima responsabilidad en el partido antes que ellos. Maragall calific¨® a Obiols de "amigo y maestro". De Serra destac¨® que ha transmitido a los dem¨¢s dirigentes del partido "la cultura de gobierno que aprendi¨® con Tarradellas y despu¨¦s en la alcald¨ªa de Barcelona y en los gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez".
Tanto Maragall como Montilla destacaron que ahora van a dedicar sus esfuerzos a lograr que el congreso del PSOE que se celebrar¨¢ dentro de un mes en Madrid resuelva los problemas de direcci¨®n que tiene. Montilla destac¨® que los socialistas catalanes quieren tener "un discurso com¨²n con los socialistas espa?oles, un discurso para la Espa?a plural, federalista e integrador". A?adi¨® que el PSC "quiere colaborar en la confecci¨®n del futuro proyecto federal y en la definici¨®n de una nueva direcci¨®n".
En la sesi¨®n de clausura intervinieron los secretarios generales de las federaciones del PSOE de Galicia, Emilio P¨¦rez Touri?o; de Castilla y Le¨®n, Jes¨²s Quijano, y las de Arag¨®n y las islas Baleares, representadas por los presidentes de sus respectivos gobiernos aut¨®nomos, Marcelino Iglesias y Francesc Antich.
Quijano fue aplaudido por los delegados cuando afirm¨® que cuestiones como la del archivo de Salamanca "pueden resolverse si nadie se refugia en posiciones pasionales", de las que los socialistas han de huir. Esta observaci¨®n fue recogida m¨¢s tarde por Maragall, quien advirti¨® que conflictos como ¨¦ste han de afrontarse como pruebas para el "federalismo pr¨¢ctico" que predica.
Tambi¨¦n se dirigi¨® al congreso la vicepresidenta del Partido Socialista de Chile, Isabel Allende, que obtuvo fuertes aplausos al agradecer a los espa?oles la solidaridad y el apoyo que ha permitido que, finalmente, dijo, "Pinochet haya perdido la inmunidad".
El PSOE busca a su l¨ªder
La diferencia entre el PSOE y el Partit dels Socialistes de Catalunya es que los socialistas catalanes tienen en Maragall "un l¨ªder muy consolidado y aceptado que no existe en la organizaci¨®n a nivel federal", explic¨® ayer Manuel Chaves en su saludo al 9? congreso del PSC.El presidente de la comisi¨®n pol¨ªtica del PSOE inst¨® a su partido a tomar nota de los compa?eros catalanes y a descubrir que "el adversario no est¨¢ dentro del partido, sino en la derecha".
Pero aunque el enemigo est¨¦ fuera, hay que huir de f¨®rmulas laxas de organizaci¨®n. El PSC, en opini¨®n de Chaves, debe abrirse al exterior, pero con cautela, en una clara advertencia a las propuestas de Pasqual Maragall de hacer confluir el partido con un amplio movimiento c¨ªvico, como Ciutadans pel Canvi. "Un partido es ante todo una organizaci¨®n y si deja de serlo, m¨¢s pronto o m¨¢s tarde, se diluir¨¢ en la nada", subray¨®. Esta advertencia tuvo un fraternal colof¨®n: la puesta a disposici¨®n de Maragall de las fuerzas del partido socialista para arrebatar el Gobierno de Catalu?a a Jordi Pujol. No falt¨® un homenaje a "un referente fundamental del socialismo espa?ol en el ¨²ltimo cuarto de siglo": Narc¨ªs Serra, ministro primero, y vicepresidente despu¨¦s, de unos gobiernos que desde el partido deben valorarse "con justicia". Todo ello es un ejemplo "de que un andaluz [Chaves] y un catal¨¢n [Serra] nos hemos entendido, como ocurre ahora en el Partit dels Socialistes", subray¨® el dirigente del PSOE.
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