Una fruct¨ªfera relaci¨®n

Cronometrados fueron 11 minutos de bravos y aplausos. Once minutos en el Real, el teatro de ¨®pera m¨¢s r¨¢cano en explosiones de j¨²bilo de Europa, son muchos minutos. Aquel fervor s¨®lo estaba reservado para algunos santos del p¨²blico de Madrid, como Alfredo Kraus. Daniel Barenboim ya ha sido santificado en el coliseo madrile?o. La noche de su deb¨² en el nuevo Real con Trist¨¢n e Isolda se recordar¨¢ en los anales. El montaje, estrenado el pasado mes de abril en la Deutsche Staatsoper de Berl¨ªn, fue el comienzo de una relaci¨®n que se espera fruct¨ªfera para el director argentino, reconocido como el mas l¨²cido int¨¦rprete de Wagner en la actualidad, y el Teatro Real. Ma?ana se espera ya con ganas su Don Giovanni, de Mozart, que, aunque no ha cosechado tanto ¨¦xito en su estreno berlin¨¦s la pasada semana, aqu¨ª ha despertado el inter¨¦s justo que suscita la presencia de una de las primeras batutas del mundo en el foso del teatro. El p¨²blico no est¨¢ acostumbrado a tanto nivel orquestal y se nota. El a?o que viene ya se ha anunciado por parte del teatro alem¨¢n la vuelta del equipo, compuesto este a?o por 260 personas, entre m¨²sicos, cantantes y t¨¦cnicos, a Madrid con Los maestros cantores, otra ¨®pera de Wagner, y con Fidelio, la ¨²nica pieza de este g¨¦nero compuesta por Beethoven.Los alemanes, por su parte, est¨¢n interesados en llevarse a Berl¨ªn el Don Quijote compuesto por Crist¨®bal Halffter y escenificado por Wernicke, estrenado el pasado febrero en Madrid.