Espa?a aceptar¨¢ ampliar la negociaci¨®n para reformar la UE
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, admitir¨¢ hoy por primera vez que la flexibilizaci¨®n de las cooperaciones reforzadas se incluya en la agenda de la reforma del Tratado de Amsterdam. Pero lo har¨¢ con la condici¨®n de que ello sea sin prejuzgar cu¨¢l ser¨¢ el resultado final de la negociaci¨®n y dejando claro que Espa?a pondr¨¢ sobre la mesa una larga lista de pol¨ªticas en las que exige que nunca se apliquen las cooperaciones reforzadas, entre ellas los fondos estructurales y el medio ambiente.Espa?a est¨¢ s¨®lidamente alineada con el frente euroesc¨¦ptico (Reino Unido, Dinamarca y Suecia) para evitar que se flexibilicen las cooperaciones reforzadas, el mecanismo que permite a un grupo de pa¨ªses realizar determinadas pol¨ªticas sin obligar al resto a seguirles. Es decir, la llave que puede abrir la puerta de los llamados n¨²cleos duros, la Europa a la carta y la Europa a dos velocidades.
Al aceptar, aunque sea con condiciones, que ese asunto pase a formar parte de la agenda negociadora de la reforma institucional de la Uni¨®n, Espa?a modifica su postura inicial de ce?ir esa negociaci¨®n exclusivamente a los tres temas que quedaron pendientes al aprobarse el Tratado de Amsterdam: el tama?o de la Comisi¨®n Europea, el equilibrio de votos en el Consejo de Ministros y la posible extensi¨®n del n¨²mero de temas que se deben decidir por votaciones basadas en la mayor¨ªa cualificada en detrimento del derecho de veto.
No es el ¨²nico asunto pol¨¦mico de la pr¨®xima reforma. Espa?a, alineada en este caso con Alemania, se resiste a dar naturaleza jur¨ªdica a la Carta de Derechos Fundamentales que est¨¢ elaborando un grupo de expertos capitaneados por el ex presidente alem¨¢n Roman Herzog. Francia no quiere que esa carta se quede en mera ret¨®rica y en cat¨¢logo de buenas intenciones, por lo que propone integrarla en el Tratado de la Uni¨®n. Espa?a y Alemania, entre otros, temen que eso acabe convirti¨¦ndola en una especie de Constituci¨®n encubierta y d¨¦ pie al Tribunal de Justicia a trocar en obligaci¨®n econ¨®mica lo que naci¨® como expresi¨®n de buena voluntad pol¨ªtica.
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