Etiop¨ªa y Eritrea firman la paz en Argel para poner fin a dos a?os de combates
Tras semanas de negociaciones para poner fin a un conflicto fronterizo de dos a?os, que ha dejado m¨¢s de 100.000 de muertos y ha creado una grave crisis con el desplazamiento de un mill¨®n de refugiados, Etiop¨ªa y Eritrea firmaron ayer en Argel un plan de paz acordado bajo el auspicio de la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA). El acuerdo recoge un inmediato cese de las hostilidades y el despliegue de cascos azules de la ONU en la frontera com¨²n.
Los ministros de Asuntos Exteriores de Etiop¨ªa y Eritrea, Seyoum Mesfin y Haile Woldensae, respectivamente, se estrecharon ayer las manos tras encontrarse por primera vez cara a cara despu¨¦s de semanas en las que las negociaciones se realizaron mediante intermediarios obligados a ir y venir entre ambas delegaciones. La firma se realiz¨® en presencia del presidente en ejercicio de la OUA, el jefe del Estado argelino, Abdelziz Buteflika, y de representantes de EEUU y la UE, que quisieron mostrar su respaldo al plan de paz. "?ste es el principio y no el fin del proceso. El camino hacia una paz duradera est¨¢ cargado de peligros y complicaciones. (...) Pero estamos esperanzados. ?ste es el primer paso concreto hacia la paz tras dos a?os de guerra para nada", asegur¨® el ministro eritreo, mientras su hom¨®logo et¨ªope aseguraba que Addis Abeba cumplir¨¢ fielmente el acuerdo.
Seg¨²n el plan de la OUA, Etiop¨ªa mantendr¨¢ su Ej¨¦rcito en las zonas en disputa hasta el despliegue de los cascos azules, mientras que las fuerzas eritreas deber¨¢n replegarse para dejar lugar a una zona de seguridad de 25 kil¨®metros dentro de su territorio, donde se establecer¨¢n las fuerzas de la ONU hasta que se demarquen definitivamente los 1.000 kil¨®metros de frontera com¨²n.
La firma de la paz, calurosamente acogida desde Washington y Mosc¨², ha levantado, sin embargo, cierto escepticismo, ya que, con aproximadamente medio mill¨®n de soldados et¨ªopes todav¨ªa en la frontera, Eritrea teme que cualquier movimiento pueda ser interpretado como una provocaci¨®n para reanudar los combates. Adem¨¢s, los analistas aseguran que el despliegue de las fuerzas de la ONU podr¨ªa llevar meses y las organizaciones humanitarias advierten de que pasar¨¢ mucho tiempo antes de que los refugiados puedan regresar a sus hogares.
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