Carritos, palomitas y enciclopedias
Comprar un loro, un piso, comida para varias semanas o una enciclopedia interactiva. Pedir un cr¨¦dito, ver una pel¨ªcula, hacer gimnasia y jugar a los bolos. Todo, bajo el mismo techo: el de los centros comerciales. Las familias y los j¨®venes urbanos son los protagonistas del fen¨®meno, especialmente los fines de semana. Acuden en masa: unos con resignaci¨®n; otros, con vocaci¨®n. Casi todos salen cargados de bolsas.En el Parque Corredor, ubicado en la periferia de Madrid (en Torrej¨®n de Ardoz), el estacionamiento es un oasis de alquitr¨¢n a las once de la ma?ana del s¨¢bado 10 de junio: la mayor¨ªa de las 4.000 plazas gratuitas est¨¢n vac¨ªas. Pero ya hay quien empuja un carrito lleno rumbo a la explanada. Como Paqui y Arturo, un matrimonio de mediana edad que ha hecho la compra "para casi todo el mes" en el hipermercado del recinto. Han venido pronto para evitar las aglomeraciones. Los tres hijos se han quedado en casa. "Por eso, hemos ido m¨¢s deprisa y hemos gastado menos. Unas 20.000 pesetas, en lugar de las 25.000 que solemos dejarnos cuando vienen los chicos", dicen.
Las familias son el cliente m¨¢s deseado en estos recintos. Y no s¨®lo por el gasto, sino tambi¨¦n porque "equilibran" el ambiente, explican en la Asociaci¨®n Espa?ola de Centros Comerciales. Por eso, hay que pon¨¦rselo f¨¢cil: guarder¨ªa en algunas tiendas, ofertas de ocio familiar, men¨²s especiales para los peque?os... "La mayor parte de nuestro p¨²blico tiene entre 18 y 40 a?os", se?ala un responsable de Parque Corredor, Carlos Fern¨¢ndez.
Jes¨²s, un padre de familia que ejerce carrito en mano, valora las facilidades. "A m¨ª no me gustan mucho estos sitios, pero est¨¢n bien para venir con los ni?os, sobre todo cuando hace mal tiempo. Los cr¨ªos pueden moverse con tranquilidad", a?ade.
A su espalda se levanta un inmenso edificio ajeno a las inclemencias del tiempo. Es uno de los mayores de Espa?a en su g¨¦nero. La planta ¨²nica recuerda una ele gigante: 120.000 metros cuadrados para gastar y pasar el rato en 175 establecimientos, incluidas cuatro cajas de ahorros y un banco. Y todo, abierto 12 horas al d¨ªa, seis d¨ªas a la semana y los festivos autorizados (14 en Madrid). La ele factura 44.000 millones de pesetas al a?o.
Al filo de las 12.00, los pasillos bullen de p¨²blico: comienza la hora punta que, con un par¨®n a mediod¨ªa, se prolongar¨¢ hasta las 21.30. El dependiente fil¨®sofo, que pide anonimato, analiza el panorama: "Los s¨¢bados vienen algunos clientes diesel, que andan mucho y gastan poco. Compran una botella de agua mineral y pasean a los ni?os en el carrito, pero son minor¨ªa. Por suerte, predominan los que gastan". O sea, los clientes gasolina, que a veces dejan temblando los 14 cajeros.
?Y los clientes turbo? Tambi¨¦n los hay, pero son los que vienen a mediod¨ªa y entre semana, en el hueco que las oficinas dan para comer. Compran a toda velocidad.
El grueso de la clientela avanza ahora por el pasillo bautizado como calle del Comercio. Van rumbo a la del Ocio: all¨ª se concentran los restaurantes y menudean ya los carritos aparcados junto a las mesas.
Carmen y Beli, una pareja joven, han elegido una cervecer¨ªa decorada con aires de f¨¢brica. Vienen desde Madrid, a 19 kil¨®metros, para hacer una compra "a tiro hecho". "Preferimos este sitio porque es menos estresante que los grandes recintos del centro. Nos resulta tranquilo", dice el chico frente a un plato de salchichas. Una veintena de vigilantes privados velan por ello.
A poca distancia, Rosa Murias descansa un momento. El ni?o, los tiestos y una estanter¨ªa desmontada comparten su carrito. "Suelo acercarme entre semana, cuando salgo de trabajar, pero hoy ha cuadrado as¨ª", dice. "Vengo porque hay de todo y se puede comprar con rapidez, pero creo que al final me gasto m¨¢s dinero, porque pico y, encima, vuelvo baldada a casa".
Por la tarde, el p¨²blico joven compite con mayor fuerza con las familias. Eduardo y Jes¨²s, veintea?eros que han comprado pan, algo de comer y unas chancletas, son asiduos. "Venimos con los amigos. Es m¨¢s divertido pasear por aqu¨ª que por Torrej¨®n".
Javi e Irene sacan entradas para el cine. Quiz¨¢s acompa?en la pel¨ªcula con palomitas. "Nos gusta esto porque hay mucha animaci¨®n. Nos entretenemos y estamos fresquitos", dice el chico. Calcula que se gasta 3.000 pesetas en el recinto, menos de la media sabatina, que Fern¨¢ndez sit¨²a "entre 8.000 y 10.000 pesetas por visitante". Y hoy se dejan caer por aqu¨ª 59.042 personas, seg¨²n Fern¨¢ndez.
A medida que avanza la tarde, la oferta de ocio gana terreno. Se deja sentir en los recreativos o en la bolera, el establecimiento que suele cerrar m¨¢s tarde. A partir de las 22.00 unas 4.000 personas permanecen en cines, recreativos y restaurantes. La noche del s¨¢bado es larga. Y aqu¨ª no hace ni fr¨ªo ni calor.
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