Jean Nouvel inaugura en Lucerna el Museo de Bellas Artes
El nuevo Museo de Bellas Artes de Lucerna fue inaugurado ayer con la presencia del arquitecto que proyect¨® y construy¨® el edificio, el franc¨¦s Jean Nouvel, y cerca de mil personalidades del arte y la cultura europeos. Esta nueva instituci¨®n cultural est¨¢ situada en el cuarto piso del Centro de Cultura y Convenciones de Lucerna (KKL), un volumen de cristal y metal creado por Nouvel (ganador del concurso de ampliaci¨®n del Reina Sof¨ªa), que se ha convertido ya en uno de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos construidos en Suiza en los ¨²ltimos a?os.
El museo dispone de una superficie de 2.100 metros cuadrados, distribuidos en dos grandes salas, que se pueden modular mediante el uso de paredes m¨®viles. Para la apertura, los organizadores han dividido la sala grande en 19 compartimentos, que albergan una exposici¨®n de 25 artistas contempor¨¢neos titulada Mixing memory and desire. El t¨ªtulo parte de una frase del c¨¦lebre poema de T. S. Eliot The waste land (La tierra bald¨ªa), escrito en 1922. La exposici¨®n intenta presentar un h¨ªbrido de im¨¢genes e idiomas, con un hilo conductor que los cohesiona: "Se trata de una conexi¨®n entre el pasado, el presente y el futuro en la que se mezclan las cuestiones m¨ªticas y las modernas", explic¨® una de las responsables del equipo de prensa del museo.
Premio en Venecia
La sala de conciertos del KKL fue abierta hace dos a?os, pero los trabajos para construir el complejo entero han durado cinco. La inversi¨®n total es de 137,5 millones de d¨®lares (unos 2.500 millones de pesetas).
Nouvel acaba de obtener en la Bienal de Venecia el Le¨®n de Oro a la mejor interpretaci¨®n del tema Ciudad, m¨¢s ¨¦tica menos est¨¦tica, propuesto por la VII Mostra de Arquitectura. El jurado ha destacado la "extraordinaria creatividad po¨¦tica de sus proyectos arquitect¨®nicos y urban¨ªsticos, que se forman gracias a una aproximaci¨®n rigurosa y muy cuidada, que es la base ¨¦tica y est¨¦tica de su trabajo".
El arquitecto franc¨¦s decidi¨® habilitar el cuarto y ¨²ltimo piso del KKL como sede del museo para aprovechar la altura y la luz natural que dejan pasar los grandes techos transl¨²cidos. El ¨¢rea disfruta as¨ª de una iluminaci¨®n que hace juego con el blanco de las paredes, lo que produce un efecto que Nouvel llama "la desnudez de los espacios".
Esa neutralidad visual no ha sido del todo asumida en el panorama cultural helv¨¦tico, pero los responsables del museo la han defendido diciendo que es precisamente el color blanco el que conviene a ciertas instalaciones contempor¨¢neas.
Respondiendo a las cr¨ªticas del diario ginebrino Le Temps, que compar¨® la sala con un quir¨®fano, el director del museo, el alem¨¢n Ulrich Loock, ha dicho que las obras lucen con m¨¢s nitidez. Sin embargo, Loock reconoce que, en cuanto a obras antiguas, el blanco "es un color inadecuado" y hasta glacial.
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