El Ayuntamiento de Barcelona y la Fundaci¨®n T¨¤pies, premios D¨¦cada

El arquitecto ?scar Tusquets se ha fabricado un galard¨®n a medida. La fundaci¨®n que lleva su nombre ha creado el Premio D¨¦cada para distinguir los edificios que mantienen su vigencia a lo largo del tiempo. Para elegir el primer premiado, el dise?ador catal¨¢n ha invitado como jurado a dos maestros de la arquitectura mundial: el equipo formado por el matrimonio Venturi, el cual, a trav¨¦s de sus escritos y edificios, se ha pasado la vida reivindicando el poder comunicador de la arquitectura y la necesidad de prestar atenci¨®n a la cultura popular.Desde ese credo, y tras unas jornadas de visita maratonianas recorriendo los edificios barceloneses que han cumplido un decenio (casi toda la infraestructura ol¨ªmpica), los Venturi han considerado que el edificio barcelon¨¦s levantado hace 10 a?os que mayor vigencia tiene es la Fundaci¨®n T¨¤pies, que fue rehabilitada por el estudio de arquitectos formado por Llu¨ªs Dom¨¨nech y Roser Amad¨® en 1990. "La Fundaci¨®n T¨¤pies representa una yuxtaposici¨®n v¨¢lida y vital entre lo antiguo y lo nuevo en la que la est¨¦tica de lo viejo se representa elegantemente y la de lo nuevo se combina armoniosamente, en una ciudad como Barcelona que es vieja y nueva a la vez", reza el acta del jurado.

Asimismo, los proyectistas norteamericanos han querido otorgar un premio paralelo al Ayuntamiento de Barcelona por su cuidado y gesti¨®n en el mantenimiento de las plazas de la ciudad. "Por llevar parques a los barrios que los necesitan y por introducir en ¨¦stos un alto nivel de dise?o", se?ala el acta. El Premio D¨¦cada -que es extensible al arquitecto, el cliente y el constructor de un proyecto- no distingue entre obras de interiores, inmuebles, restauraciones y espacios urbanos, tiene car¨¢cter anual y carece de dotaci¨®n econ¨®mica. El primero de estos galardones, una placa conmemorativa dise?ada por ?scar Tusquets, se entreg¨® ayer durante una ceremonia presidida por el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, en medio de un mar de arquitectos barceloneses que inundaba la casa estudio del arquitecto.