Un filme de vampiros contempor¨¢neos anima el festival Cinema Jove
Cuando se ha llegado al ecuador del festival, Cinema Jove empieza a perfilar algunas de las pel¨ªculas favoritas al premio Luna de Valencia al mejor largometraje. Ayer, la brit¨¢nica Blood, de Charly Cantor, dej¨® ver que ser¨¢ una de las m¨¢ximas candidatas para alzarse con el trofeo. Por contra, la india El trono de muerte, de Murali Nair, re¨²ne en s¨®lo una hora algunos de los peores vicios de la direcci¨®n cinematogr¨¢fica.
De las nueve pel¨ªculas programadas en la secci¨®n oficial de Cinema Jove, el jurado internacional ha visto ya cuatro. Una de ellas, la brit¨¢nica Ratcatcher, se ha ca¨ªdo finalmente de la rejilla debido a problemas de la organizaci¨®n con la productora. Sin embargo, el cine brit¨¢nico no puede sentirse herido. Est¨¢ bien representado con Blood, una cinta de vampiros con toques seudocient¨ªficos que, hasta el momento, se ha convertido en la m¨¢s atractiva de cuantas han desfilado por el festival. A partir de una historia que combina dos de los mitos de la literatura g¨®tica, Dr¨¢cula y Frankenstein, Cantor mezcla h¨¢bilmente elementos de los filmes de serie B de los 50 con una buena dosis de la casquer¨ªa (salsa de tomate, principalmente) t¨ªpica del cine gore de final de siglo. Este c¨®ctel, un poco de sexo, un poco de drogas y mucha sangre, propicia un filme que, con sus errores y sus aciertos, se ve como un divertido entretenimiento. Se aprecia en la realizaci¨®n del debutante Cantor un conocimiento del medio aunque, sobre todo en su parte final, pierda algo de ritmo en su desarrollo narrativo.No se puede decir lo mismo de la india El trono de muerte. Si en las escuelas de cine de todo el mundo se ense?a que ¨¦ste es el arte de contar una historia con im¨¢genes jugando con el tiempo, no parece que Murali Nair haya asistido mucho a clase. Su pel¨ªcula es un compendio de lo que no se debe hacer para hilvanar una trama: largos planos in¨²tiles protagonizados por inexpresivos actores, di¨¢logos interminables que explican, s¨®lo a medias, la acci¨®n y una chapucera planificaci¨®n de las secuencias en la que las sombras tienen m¨¢s protagonismo que la luz. Una l¨¢stima porque el gui¨®n, que merecer¨ªa haber sido firmado por Azcona y Berlanga, daba juego para hacer una buena pel¨ªcula.
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