Las nuevas neuronas no convencen Los cient¨ªficos del cerebro siguen divididos sobre el alcance de recientes observaciones
Dos a?os despu¨¦s de que se produjeran las primeras observaciones de generaci¨®n de neuronas en el cerebro de humanos adultos, las espadas siguen en alto en la comunidad cient¨ªfica. En discusi¨®n est¨¢ el alcance de estas observaciones, que echar¨ªan por tierra el dogma de que el n¨²mero de neuronas y las capacidades mentales asociadas disminuyen con la edad, y la posibilidad de que del descubrimiento se deriven aplicaciones terap¨¦uticas, especialmente en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. El cerebro se resiste a desvelar sus secretos y los ¨²ltimos trabajos publicados no han servido para apagar la pol¨¦mica, ya que las nuevas neuronas confirmadas parecen ser muy pocas y no se sabe todav¨ªa si funcionan como tales.
Un dogma para la ciencia es que la p¨¦rdida de neuronas es irreversible en el cerebro humano adulto porque las neuronas que mueren no se pueden reemplazar. Esta incapacidad de generar neuronas de reposici¨®n dificulta la recuperaci¨®n en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson adem¨¢s de ser un obst¨¢culo para una mayor longevidad de las habilidades mentales. El descubrimiento reciente de que en el cerebro adulto de los primates, incluyendo el hombre, existe neurog¨¦nesis (formaci¨®n de neuronas nuevas) ha tenido un gran impacto, tanto en el mundo cient¨ªfico como en la sociedad. Incluso algunos cient¨ªficos se han aventurado a declarar que ¨¦ste es uno de los hallazgos m¨¢s importantes de las neurociencias. en la ¨²ltima d¨¦cada.
Sin embargo otros investigadores de gran prestigio puntualizan que aunque esta nueva producci¨®n de neuronas existe, su relevancia num¨¦rica es relativamente peque?a.
?Por qu¨¦ es tan importante que exista una producci¨®n continuada de neuronas en nuestro cerebro?. A diferencia de la mayor¨ªa de las c¨¦lulas, como las de la piel o el intestino, que son continuamente renovadas por nuestro organismo, nuestro cerebro, una vez completado su desarrollo alrededor de la ¨¦poca de la madurez sexual, mantiene una poblaci¨®n de neuronas num¨¦ricamente estable, ya presente desde el nacimiento, y aquellas que resultan da?adas en la madurez ya no se pueden reemplazar.
Se piensa que esta poblaci¨®n constante de neuronas es la encargada de mantener funciones mentales duraderas como la memoria, el aprendizaje de habilidades o incluso nuestros rasgos de personalidad. Por eso, se considera que las neuronas llegan a ser tan viejas como nosotros mismos.
Javier de Felipe, neurobi¨®logo del Instituto Cajal (CSIC) de Madrid, comenta que "es en nuestra corteza cerebral donde se localizan funciones cerebrales como la capacidad de abstracci¨®n y si nuestro cerebro se renovase como otro ¨®rgano de nuestro organismo, ser¨ªamos personas distintas cada cierto tiempo".
Sin embargo, el trabajo realizado en pacientes con c¨¢ncer por el cient¨ªfico sueco Peter Eriksson y su equipo de la Universidad de Sahlgrenska en 1998, en el que por primera vez se detect¨® la incorporaci¨®n al ADN de neuronas de la bromodeoxiuridina administrada a pacientes con un objetivo m¨¦dico, revel¨® que nuevas neuronas pod¨ªan ser generadas en el hipocampo humano adulto.
Si estas nuevas neuronas funcionan como tales o si est¨¢n sin¨¢pticamente conectadas es un enigma que la ciencia a¨²n no ha logrado resolver.
Actualmente, se ha desatado entre los neurocient¨ªficos una nueva pol¨¦mica: la suscitada por el trabajo publicado el pasado a?o en la revista Science por la investigadora Elisabeth Gould y sus colegas de la Universidad de Princeton (EEUU). Seg¨²n estos cient¨ªficos en experimentos con primates adultos, nuevas neuronas son a?adidas diariamente a ¨¢reas de la corteza cerebral implicadas en la percepci¨®n sensorial, el control de los movimientos voluntarios o en las funciones cognitivas, es decir, la neocorteza asociativa.
Paski Rakic, de la Universidad de Yale, plantea sus dudas respecto a este descubrimiento porque sus propios resultados experimentales indican que las c¨¦lulas marcadas con timidina y bromodeoxiuridina en la neocorteza adulta son c¨¦lulas gliales, es decir, otras c¨¦lulas del cerebro que no se encargan del procesamiento y la transmisi¨®n de informaci¨®n. Adem¨¢s puntualiza que el marcaje con bromodeoxiuridina no solamente puede indicar proliferaci¨®n celular sino tambi¨¦n reparaci¨®n del ADN. "As¨ª que mi problema son los patrones que se siguen y los criterios para hacer estos juicios", a?ade este neurobi¨®logo.
Richard Nowakowski, reconocido neurobi¨®logo de la Escuela de Medicina Robert Wood Johnson, en Piscataway (EEUU), que introdujo el m¨¦todo de la bromodeoxiuridina en neurociencia, afirma estar de acuerdo con Rakic y considera que todas estas cuestiones deben ser examinadas con un mayor rigor cuantitativo. "Solamente entonces los neurocient¨ªficos aceptar¨¢n la idea de neurog¨¦nesis en el cerebro humano adulto. En investigaci¨®n cient¨ªfica las explicaciones alternativas deben ser eliminadas antes de que una conclusi¨®n pueda ser aceptada como correcta".
En la revista Science, Nowakowski y Nancy L. Hayes se?alan que si esta producci¨®n de neuronas ocurriese en la neocorteza en la proporci¨®n que sugiere Gould, esta parte del cerebro o bien se renovar¨ªa en un ciclo de entre tres y seis a?os o bien las nuevas c¨¦lulas morir¨ªan despu¨¦s de un corto periodo de tiempo.
Para Alfonso Fair¨¦n, investigador del Instituto de Neurociencias del CSIC, en Alicante, los trabajos m¨¢s recientes que pretenden demostrar la producci¨®n de nuevas neuronas en adultos como el realizado por Gould "no han contrastado los resultados obtenidos con todas las t¨¦cnicas disponibles en la actualidad". No se ha utilizado marcaje con timidina, sino s¨®lo con bromodeoxiuridina, un compuesto altamente t¨®xico, cuya administraci¨®n en ratas durante el desarrollo produce cambios en el tama?o de los cerebros y en muchas de las pruebas conductuales que se realizan com¨²nmente en roedores.
"El uso exclusivo de esta t¨¦cnica de marcado de nuevas neuronas es arriesgado porque puede llevar a conclusiones precipitadas", a?ade Fair¨¦n. Este cient¨ªfico se pronuncia tambi¨¦n en contra de la validez de los an¨¢lisis num¨¦ricos de cerebros humanos realizados por William Shankle, de la Universidad de California en Irvine (EEUU), que parecen indicar un aumento en el n¨²mero de neuronas de la corteza cerebral a lo largo de la vida.
De este modo, aunque la mayor¨ªa de expertos se muestran esc¨¦pticos ante los nuevos descubrimientos sobre neurog¨¦nesis en el cerebro humano, todos ellos coinciden en se?alar la gran importancia que tendr¨ªa la producci¨®n de nuevas neuronas, por su posible aplicaci¨®n en la reparaci¨®n neuronal en enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer, que causan anualmente la muerte de millones de personas en todo el mundo.
En opini¨®n de Rakic, para utilizar la neurog¨¦nesis como una forma de terapia en estas enfermedades, la ciencia primero debe descubrir c¨®mo y por qu¨¦ la neurog¨¦nesis ha declinado a lo largo de la evoluci¨®n de los vertebrados. "Entonces si descubrimos los genes y los factores que inhiben la neurog¨¦nesis en el cerebro del humano adulto, podr¨ªamos finalmente encontrar un camino para inducirla en des¨®rdenes neurodegenetarivos espec¨ªficos", concluye este cient¨ªfico.
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