Un negocio universal
Las organizaciones mafiosas chinas han experimentado un imparable crecimiento gracias al hallazgo de una mercanc¨ªa que les resulta extremadamente f¨¢cil de obtener, y que, una vez introducida en los mercados occidentales, les proporciona una alt¨ªsima rentabilidad: la mano de obra china. Este negocio coloca cada a?o ilegalmente a 100.000 chinos en los pa¨ªses desarrollados, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de Migraciones. Casi el 90% de este contingente procede de las provincias de Zhejiang y Fujian, donde las tr¨ªadas, al igual que la Mafia en Sicilia, tiene asentados sus reales. Desde all¨ª ofrecen a una poblaci¨®n de escasos recursos (con un PIB per c¨¢pita 16 veces inferior al espa?ol) el sue?o de la prosperidad. El precio de este viaje oscila de uno a tres millones de pesetas. Una cifra astron¨®mica para las v¨ªctimas, pero que la organizaci¨®n adelanta a cambio del compromiso de su posterior pago mediante el trabajo en el pa¨ªs del destino. Para burlar las fronteras de la fortaleza europea las tr¨ªadas emplean todos los m¨¦todos imaginables. A Espa?a han llegado por pasos naturales desde Portugal, en pateras de Marruecos o por v¨ªa a¨¦rea desde Bolivia (en este caso trataron de despistar con su parecido con los nativos del altiplano). La v¨ªa de entrada m¨¢s frecuente, sin embargo, son los pa¨ªses del Este, donde, seg¨²n la polic¨ªa, tienen facilidad para obtener visados. Desde all¨ª, el salto lo efect¨²an por pasos clandestinos y guiados por los cabezas de serpiente, especialistas en pasar las fronteras que se quedan con los documentos falsificados una vez superado el peligro. Ya en la UE, la organizaci¨®n redondea su negocio con la colocaci¨®n del producto en empresas controladas (generalmente talleres clandestinos), donde la v¨ªctima, sin capacidad de denuncia (es ilegal, desconoce el idioma del pa¨ªs y la tr¨ªada controla a sus parientes en China) trabaja a?os para saldar su deuda. Luego, al quedar libre se enfrenta a la expulsi¨®n. Un problema que la organizaci¨®n resuelve con el ofrecimiento de documentos falsificados al precio de un mill¨®n de pesetas. Otra deuda, otra cadena.
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