Austria permite un fr¨¢gil pacto sobre fiscalidad en la UE para lograr que se retiren las sanciones
Austria consigui¨® ayer un gran triunfo pol¨ªtico en la batalla que le enfrenta al resto de la Uni¨®n Europea. Tras bloquear la negociaci¨®n sobre la fiscalidad del ahorro, propici¨® al final el consenso sin guillotinar su secreto bancario, ni siquiera para los no residentes, en lo que parece un claro paso en direcci¨®n a un arreglo de la crisis austriaca. El pacto fiscal es de una fragilidad tal, que el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, adelant¨® que no lo acatar¨¢ hasta que no se elimine el secreto bancario austriaco.
El canciller austriaco, Wolfgang Sch¨¹ssel, que otea ya un cambio en las sanciones contra Viena, se jact¨®: "Esto demuestra que vale la pena contar con Austria". Tras m¨¢s de 10 a?os de diferencias, el Consejo Europeo y el Ecofin cerraron un pacto para armonizar la fiscalidad del ahorro, un asunto que se considera capital a largo plazo para mantener la coherencia en el mercado interior comunitario. Pero el pacto pareci¨® m¨¢s un fr¨¢gil acuerdo pol¨ªtico condicionado por la crisis con Austria que un verdadero consenso en firme para solucionar el barullo fiscal. El jefe del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, resumi¨® bien la precariedad y complejidad del texto. "Hay un acuerdo final con una periferia rica y llena de matices y sugerencias", ironiz¨®.Ambas partes parecieron chantajearse mutuamente durante las tres jornadas de negociaciones. Los Catorce, con la amenaza de no modificar sus sanciones si persist¨ªa el bloqueo. Austria, con mantenerlo si no obten¨ªa garant¨ªas de que su problema va a empezar a entrar pronto en v¨ªas de soluci¨®n. Al final, todos parecieron ceder a la amenaza de la otra parte.
"No hay ninguna relaci¨®n entre los dos asuntos", clam¨® el presidente del Consejo Europeo, Ant¨®nio Guterres, como todo jefe de Gobierno interrogado sobre ese v¨ªnculo. Pero, a rengl¨®n seguido, subray¨® la importancia de la reuni¨®n que, copa en mano, ¨¦l mismo hab¨ªa tenido la noche anterior con el canciller Sch¨¹ssel y el ministro austriaco de Finanzas, el extremista Karl-Heinz Grasser. "Ha sido oportuno que haya pasado una noche de por medio entre el Ecofin de ayer y el de esta ma?ana", declar¨® Guterres. All¨ª pareci¨® fraguarse un pacto que nadie ha confirmado, aunque se insin¨²a.
"Hay una iniciativa que est¨¢ bastante acabada y que tiene que poner en marcha la presidencia portuguesa", contest¨® Aznar, sobre un posible cambio en las medidas adoptadas contra Austria. "Tiene que haber un acuerdo a catorce", matiz¨® el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, al confirmar que todo se mueve entre bastidores. El canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, fue m¨¢s parco. "Sigo sin ver motivos para que cambie la situaci¨®n", declar¨® en un corrillo.
Aviso a Francia
El acuerdo final satisface a Austria porque ha demostrado que tiene recursos con los que responder a sus socios si no se arregla el pulso que les enfrenta desde primeros de a?o. Es un aviso cristalino para Francia, que ejercer¨¢ desde julio la presidencia de la Uni¨®n Europea y tiene como principal objetivo concluir en la cumbre de Niza, en diciembre, la reforma del Tratado de Amsterdam.
Al mismo tiempo permite al canciller Sch¨¹ssel volver a Viena sin haber sacrificado el secreto bancario. ?se era un objetivo pol¨ªtico de primer rango, tanto por lo que supone de capacidad de resistencia frente a la UE como por cuestiones de pura ¨ªndole interna. Hasta hace muy poco, en Austria se pod¨ªan tener cuentas bancarias de forma an¨®nima. Bastaba con presentarse en el banco con una cartilla para sacar dinero sin siquiera identificarse. Era pol¨ªticamente muy dificil a?adir ahora mismo a esa p¨¦rdida de confidencialidad el fin del secreto bancario.
El acuerdo final deja las manos libres a Austria para suprimir o no ese secreto en lo que se refiere a los no residentes. Pero el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, ya dijo ayer que su pa¨ªs no aprobar¨¢ la directiva que debe dar rango legal al acuerdo hasta que Austria no haya eliminado el secreto para los no residentes y mientras no se hayan alcanzado garant¨ªas suficientes de que ciertos pa¨ªses terceros aplicar¨¢n medidas semejantes. "Quiz¨¢ yo tambi¨¦n deber¨ªa buscar un partido de extrema derecha en Luxemburgo, pero no lo tenemos", se lament¨®.
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