?Vaya tarde!

La tarde empez¨® mal y acab¨® peor. Fueron dos horas y media de desprop¨®sitos in crescendo que culminaron con el colof¨®n de un novillo de El ?lamo condenado a banderillas negras que los subalternos se encargaron de colocar de una en una y a la carrera. Los novilleros, verdes en distintas tonalidades, carentes de todo sentido lidiador, no consiguieron ni un solo muletazo con fundamento en toda la tarde, ni con los mansos de El ?lamo, ni con los encastados novillos de La Cardenilla, ni con el sobrero, mans¨®n y noble de Moreno que hizo cuarto. Ni un solo lance de capa par¨¢ndose un torero con un novillo se vio en toda la tarde. Ni una sola estocada interpretada en rectitud. Ni un solo par de banderillas reunido en la cara. En definitiva una tarde con ausencia total de buena l¨ªdia, que result¨® desesperante de cabo a rabo.Jos¨¦ Luis Barrero abri¨® plaza con un novillo mansote y sin fuerza que se pas¨® escarbando a su aire toda la faena. M¨¢s que embestir, se defend¨ªa el manso, impidiendo as¨ª lucimiento alguno. El cuarto, en cambio, siendo manso, iba y ven¨ªa con nobleza aunque sin ninguna clase. Barrero se li¨® con el a enganchones en una larga y plomiza faena que culmin¨® mal con el estoque.

Morenito de Arles, intensamente verde, con el mejor lote, demostr¨® estar muy lejos de madurar como novillero. Con una evidente carencia de fundamentos no consigui¨® pararse en ninguna fase de la l¨ªdia, culminando sus faenas de espadazos indecentes en donde le ca¨ªa el estoque. Luis Alfonso Oliveira fue desbordado por la casta del tercero. No consigui¨® hallar el sitio donde pararse para intentar construir faena, limit¨¢ndose al trapazo a discreci¨®n. El sexto, condenado a banderillas negras, embest¨ªa a arreones y Oliveira se vi¨® obligado a abreviar con otro bajonazo.