21 pa¨ªses debaten en la selva de Colombia sobre cultivos ilegales
Los cultivos il¨ªcitos, punto neur¨¢lgico en la agenda de negociaci¨®n entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ser¨¢ el tema de la primera Audiencia Internacional que se llevar¨¢ a cabo los pr¨®ximos jueves y viernes en Villa Nueva Colombia, escenario del di¨¢logo entre ambas partes en el sur del pa¨ªs. Ante los delegados de 21 pa¨ªses se plantear¨¢ el dilema: sustituci¨®n o fumigaci¨®n de los cultivos.Hoy, la coca cubre m¨¢s de 120.000 hect¨¢reas de selvas, y la amapola se extiende sobre 17.000 hect¨¢reas en las monta?as colombianas. Crecen en lugares apartados, donde no hay presencia del Estado, y financian en gran parte a la guerrilla y los paramilitares.
En los ¨²ltimos ocho a?os, las plantaciones se han triplicado. Este dato revela el fracaso estruendoso de la pol¨ªtica de erradicaci¨®n agresiva a trav¨¦s de la fumigaci¨®n, impulsada por Estados Unidos, y en la que se han invertido m¨¢s de 300 millones de d¨®lares (54.000 millones de pesetas) anuales. Esta medida se inici¨® en l984 con los cultivos de marihuana en la Sierra Nevada de Santa Marta.
El paquete de ayuda recientemente aprobado por el Congreso norteamericano, que marca el inicio de la militarizaci¨®n de la lucha antinarc¨®ticos -el componente de guerra del llamado Plan Colombia- combina estrategias como el cierre a los canales de salida de la droga, la fumigaci¨®n a los cultivos de m¨¢s de tres hect¨¢reas y los programas de sustituci¨®n para los m¨¢s peque?os.
Peque?as propiedades
Las cosas, sin embargo, no est¨¢n muy claras. Existe el temor, entre otros muchos, de que la estrategia golpee, como ha ocurrido hasta ahora, al eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena: los campesinos. ?C¨®mo se lograr¨¢ en la pr¨¢ctica respetar las ¨¢reas menores? Seg¨²n los expertos, el 50% de la producci¨®n corresponde a "peque?as propiedades de menos de cinco hect¨¢reas".
Los expertos han denunciado tambi¨¦n que esta pol¨ªtica de fumigaci¨®n se ha realizado indiscriminadamente, sin control ni auditor¨ªas ambientales. Hasta ahora, aunque estaba prohibido hacerlo en cultivos de menos de dos hect¨¢reas, los productos qu¨ªmicos han destruido por igual cultivos grandes y peque?os. Los campesinos del norte de Putumayo, tambi¨¦n en el sur del pa¨ªs, provincia donde se iniciar¨¢ la ofensiva militar del Plan Colombia, aseguran que este a?o en Puerto Guzm¨¢n se han fumigado hasta "las escuelas" .
La fumigaci¨®n ha arrasado incluso los cultivos planteados como alternativos a la coca. Ricardo Vargas, uno de los colombianos que m¨¢s ha estudiado este tema, plantea en su ¨²ltimo libro, Fumigaci¨®n y conflicto, que mientras no se suspenda la aspersi¨®n a¨¦rea invertir en sustituci¨®n de cultivos es un esfuerzo desperdiciado. Naciones Unidas opina, sin embargo, que hay que combinar el palo y la zanahoria.
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