Libro de instrucciones del ser humano
La comprensi¨®n del genoma humano ha alcanzado su primera meta. Los cient¨ªficos han conseguido descifrar un 90% de la secuencia de unos 3.000 millones de letras que componen el inmenso texto contenido en los 23 pares de cromosomas que se encuentran en el n¨²cleo de todas y cada una de nuestras c¨¦lulas, aunque quedan todav¨ªa lagunas e imprecisiones que se espera corregir para el a?o 2003. El anuncio lo hicieron ayer conjuntamente el consorcio p¨²blico Proyecto Genoma Humano, que lleva 10 a?os coordinando la investigaci¨®n realizada en varios laboratorios del mundo, especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido, y la empresa PE Genoma Celerics, que irrumpi¨® tan s¨®lo hace dos a?os con un m¨¦todo de secuenciaci¨®n inicialmente controvertido, pero m¨¢s r¨¢pido y que necesita apoyarse en los datos publicados por su competidor.El objetivo del proyecto financiado con fondos p¨²blicos es poner sus resultados a disposici¨®n de todos los investigadores interesados, mientras que el de la empresa privada es rentabilizar la inversi¨®n realizada, para lo cual necesita vender sus resultados, y no distribuirlos libremente. Parece, no obstante, que la fuente principal de ingresos no ser¨¢ la secuencia en bruto, sino el uso de sus potentes herramientas inform¨¢ticas para extraer de ella informaci¨®n ¨²til. El acuerdo de hacer el anuncio conjuntamente supone una tregua en la ¨¢spera controversia que los enfrenta, y culmina una larga negociaci¨®n sobre las modalidades de acceso a los datos obtenidos por ambos consorcios, pero no aclara en qu¨¦ condiciones ser¨¢n accesibles los resultados de Celera Genomics.
Clinton y Blair han participado tambi¨¦n en la ceremonia del anuncio para subrayar la importancia que conceden al proyecto. Ya en marzo pasado, ambos mandatarios realizaron un llamamiento conjunto a las instituciones involucradas para que abrieran sus resultados a toda la comunidad cient¨ªfica, dada su trascendencia. Y as¨ª debe ser para que sea la humanidad en su conjunto la que se aproveche de estos nuevos avances y no cree nuevas divisiones entre los ricos en gen¨¦tica humana y los que no tienen acceso a esta ciencia.
El genoma contiene, en forma de unas decenas de miles de genes, el conjunto de instrucciones que hacen que una c¨¦lula embrionaria, por divisiones y diferenciaciones sucesivas, d¨¦ lugar a un ser vivo, a un ser humano en este caso, con su infinita complejidad. En ese libro de instrucciones se encuentran las particularidades de nuestra especie y tambi¨¦n aquellas con las que nace cada ser humano, incluidas la propensi¨®n o la seguridad de contraer determinadas enfermedades. Las perspectivas que se abren para el dise?o de f¨¢rmacos adaptados a cada individuo o para el tratamiento de patolog¨ªas de origen gen¨¦tico son ilimitadas y eran impensables hace tan s¨®lo unos a?os, como lo son tambi¨¦n las posibles terapias g¨¦nicas que corrijan las instrucciones defectuosas o que modifiquen nuestra dotaci¨®n gen¨¦tica. Este punto ha suscitado justificada preocupaci¨®n por sus repercusiones ¨¦ticas. Aunque muchos de los problemas planteados no sean nuevos, su dimensi¨®n en este nuevo contexto hace obligatorio que el avance cient¨ªfico sea simult¨¢neo al de las normas y limitaciones que deben regir la manipulaci¨®n gen¨¦tica que afecta a la carga humana.
Pero si la trascendencia de estos descubrimientos es innegable, tampoco conviene exagerar su impacto inmediato. Primero habr¨¢ que identificar la totalidad de los genes contenidos en la secuencia, cosa de la que se est¨¢ todav¨ªa algo lejos. Luego habr¨¢ que averiguar lo que hace cada gen, sus interacciones con otros genes y con el medio celular, las mol¨¦culas que generan y su papel en la complicada qu¨ªmica de los seres vivos. Y, por ¨²ltimo, habr¨¢ que dise?ar las posibles aplicaciones terap¨¦uticas que se deriven de tal conocimiento. En unos pocos casos se ha completado el proceso, pero en la inmensa mayor¨ªa de los genes es un trabajo que llevar¨¢ d¨¦cadas completar. De todas formas, el anuncio de ayer constituye un inmenso avance en el conocimiento de nosotros mismos como seres vivos, y las posibilidades que abre son de tal envergadura que su despliegue requerir¨¢ de la m¨¢xima prudencia, a la vez que incita toda la curiosidad, que es uno de los rasgos probablemente definidos en la secuencia gen¨¦tica del ser humano. El af¨¢n de saber ha marcado un nuevo hito en nuestro propio ser. Hay que continuar el trabajo iniciado y aprender a aplicar sus resultados. Adentrarse en el c¨®digo de la vida del ser humano est¨¢ siendo una aventura apasionante.
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