Fondos contra la silla el¨¦ctrica
Joaqu¨ªn Jos¨¦ Mart¨ªnez ya est¨¢ preparado para hacer las maletas. La ¨²ltima vez que sus padres le visitaron, el pasado s¨¢bado, apenas pudieron poner un poco de racionalidad en su entusiasmo desbordado. "Hemos ganado una batalla, pero todav¨ªa nos queda una dura lucha", insiste su padre. Joaqu¨ªn Mart¨ªnez y Sara P¨¦rez llegaron ayer a Madrid para agradecer el apoyo de los espa?oles que han contribuido a la moment¨¢nea pero crucial victoria judicial de su hijo: desde que el pasado 15 de junio el Tribunal Supremo de Florida admitiera que el proceso de Joaqu¨ªn Jos¨¦ fue irregular y dictamin¨® la celebraci¨®n de un nuevo juicio, los Mart¨ªnez duermen un poco m¨¢s tranquilos. La silla el¨¦ctrica aparece m¨¢s lejana en sus pesadillas.Joaqu¨ªn Jos¨¦ fue detenido en enero de 1996, acusado del asesinato, en octubre de 1995, en la ciudad de Tampa, del narcotraficante Douglas Lawson y de su novia, la bailarina Sherry McCoy. Un a?o despu¨¦s se convert¨ªa en el preso m¨¢s famoso de Espa?a, y ahora, cuando sus d¨ªas en el corredor de la muerte parecen contados, sus padres insisten en que la lucha contin¨²a. Su viaje a Espa?a, el vig¨¦simo s¨¦ptimo desde el inicio de la peripecia judicial de Joaqu¨ªn Jos¨¦, adem¨¢s de corresponder al apoyo recibido, tiene como objetivo recabar ayuda econ¨®mica para lo que queda por venir.Hasta ahora, Joaqu¨ªn Jos¨¦ no s¨®lo ha recibido un aplastante apoyo epistolar, traducido en las 300 cartas a la semana que llegan a su nombre a la prisi¨®n de Raiford. Adem¨¢s, su familia ha conseguido reunir, gracias a las aportaciones de espa?oles, 20 millones de pesetas, casi la mitad de los 41 que han gastado hasta ahora y para lo que han tenido que vender todo lo que ten¨ªan. La pensi¨®n de Joaqu¨ªn, su padre, apenas les da para pagar "deudas, la hipoteca y la gasolina" que consumen cada fin de semana en los 1.200 kil¨®metros que separan su casa de la prisi¨®n.
Su abogado ha cifrado en unos 60 o 70 millones de pesetas los gastos que todav¨ªa tendr¨¢n que afrontar. Para conseguirlos han escrito una carta a todos los ayuntamientos de Espa?a y han abierto una cuenta bancaria (n¨²mero 0049-5974- 12-2893124359 del BSCH). Durante su estancia en Espa?a, invitados por el Senado, Joaqu¨ªn y Sara Mart¨ªnez visitar¨¢n el jueves la C¨¢mara alta y se entrevistar¨¢n con el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, y el viernes ser¨¢n recibidos por la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, y por los portavoces de los grupos parlamentarios. Luego comenzar¨¢n un peregrinaje que los llevar¨¢ a Barcelona, Logro?o, Burgos, Palencia...
Sus esperanzas est¨¢n depositadas ahora en el pr¨®ximo d¨ªa 10 de julio, fecha en la que la Fiscal¨ªa de Miami presentar¨¢ los nuevos cargos y su abogado har¨¢ la petici¨®n de libertad condicional, y si ¨¦sta no es concedida, la detenci¨®n domiciliaria. La celebraci¨®n de un nuevo juicio puede tardar un a?o. "La mayor parte de las pruebas no va a poder ser utilizada de nuevo. Les queda el testimonio de su ex mujer y su ex novia -cuyas declaraciones sobre una supuesta confesi¨®n fueron claves para su condena-, pero sobre todo tememos la aparici¨®n de testigos falsos. En Estados Unidos, un testimonio es suficiente para ser acusado". Una afirmaci¨®n que Joaqu¨ªn Mart¨ªnez ilustra con el ejemplo de la ejecuci¨®n, el pasado jueves, del afroamericano Gary Graham, inculpado por el ¨²nico testimonio de una mujer que afirm¨® haberle visto cometer un asesinato.
Los Mart¨ªnez muestran un optimismo moderado, pero no pueden ocultar su orgullo. Consideran que han hecho historia. "Ha sido un knock out. Hemos tumbado a la Fiscal¨ªa de Miami". Incluso afirman que han contribuido a la renovaci¨®n del debate sobre la pena de muerte que ¨²ltimamente ha hecho vacilar las tradicionales estad¨ªsticas de apoyo a la pena capital. Para conseguirlo, Joaqu¨ªn Mart¨ªnez, no ha dudado en acudir a todo debate televisivo que ha requerido su presencia.
Satisfecho con los resultados, no olvida que "ellos tienen mucha fuerza". El ellos que inunda su discurso como un enemigo invisible y todopoderoso es la maquinaria judicial estadounidense, una estructura aparentemente blindada a la que, seg¨²n su experiencia, se le escapa la justicia por las rendijas. "T¨² peleas contra el Estado, y el Estado nunca se desgasta... y nunca quiere perder", asegura rotundo. Sara P¨¦rez, su madre, asiente convencida, pero esperanzada: "Lo he vuelto a parir".
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