Capitalismo de amigos
El presidente de Telef¨®nica, Juan Villalonga, se enfrenta hoy al consejo de administraci¨®n m¨¢s dif¨ªcil desde su nombramiento, en 1996, cuando el Estado contaba con algo m¨¢s del 21% del capital y el jefe del Gobierno pod¨ªa poner y quitar a los presidentes de todas las empresas p¨²blicas. Figuren o no en el orden del d¨ªa, sobre la mesa del consejo flotar¨¢n las imputaciones de manejar informaci¨®n privilegiada que el diario El Mundo viene haci¨¦ndole desde el pasado 16 de junio, el anuncio de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores de reabrir una investigaci¨®n ya cerrada dos a?os antes, dos declaraciones p¨²blicas del presidente del Gobierno y la consiguiente ca¨ªda en el valor burs¨¢til de m¨¢s del 6% en las ¨²ltimas dos semanas.Los cuatro a?os de Villalonga al frente de la primera empresa espa?ola han sido ricos en controversias. Sus regates a menudo err¨¢ticos en la pol¨ªtica de alianzas internacionales, la r¨¢pida combusti¨®n de equipos directivos, los servicios pol¨ªticos prestados al Gobierno mediante una estrategia de compra de medios de comunicaci¨®n adaptada a las necesidades del PP y, finalmente, su pol¨ªtica de retribuci¨®n a los altos cargos de sus empresas le han situado con frecuencia en el ojo del hurac¨¢n. Como contrapartida, ha multiplicado el valor de la compa?¨ªa por cuatro, sin contar las empresas segregadas, como TPI y Terra, y la ha convertido en la bandera m¨¢s destacada de la presencia espa?ola en la nueva econom¨ªa global.
El tema m¨¢s pol¨¦mico de su gesti¨®n, las opciones sobre acciones para los directivos, era conocido desde un principio por los socios del n¨²cleo duro y por el Gobierno, y s¨®lo lleg¨® a convertirse en un problema cuando fue difundido por Cinco D¨ªas cuatro meses antes de las recientes elecciones generales. El Gobierno le defendi¨® primero por boca de Rato y Piqu¨¦, cambi¨® luego la ley por el da?o electoral que pod¨ªan hacerle las stock options y rompi¨® amarras cuando Villalonga se neg¨® a renunciar a ellas. Un viaje que tiene poco que ver con las apelaciones que se hacen a la ¨¦tica o a la legalidad, y en el que el Gobierno estuvo acompa?ado y espoleado por El Mundo.
Los hechos que han movilizado ahora al Gobierno y a la CNMV, de nuevo a instancias de ese diario, se produjeron en enero de 1998, cuando Villalonga adquiri¨® 262.244 opciones sobre acciones de la compa?¨ªa que preside y, a indicaciones del presidente de la CNMV sobre la conveniencia (que no imperativo legal) de hacer p¨²blica esa adquisici¨®n, opt¨® por venderlas, con una plusval¨ªa de 21 millones. Dos a?os despu¨¦s, y sobre la base de la denuncia period¨ªstica, el presidente del Gobierno invita a la CNMV desde Portugal a investigar el caso, petici¨®n que Fern¨¢ndez-Armesto atiende de forma inmediata, reabriendo un expediente informativo ya cerrado en 1998 por falta de pruebas, incluso de indicios. Y en el colmo del esperpento, el vicepresidente de ese organismo, Luis Ramallo, acusa p¨²blicamente a su superior de no haber actuado con diligencia y se pone la medalla de haber sido m¨¢s activo que nadie en el cumplimiento de los deseos de Aznar. Mientras tanto, la cotizaci¨®n sufre severas p¨¦rdidas y el presidente del Gobierno vuelve a terciar en el asunto, esta vez desde China, con una escol¨¢stica distinci¨®n entre "las empresas y quienes est¨¢n al frente de ellas", que, lejos de "tranquilizar a los mercados", contribuye a que Telef¨®nica caiga de nuevo m¨¢s de un 2%.
Cualquier observador de las vicisitudes por las que han atravesado las relaciones del presidente de Telef¨®nica con quienes le auparon y jalearon hasta el bochorno no acabar¨ªa de creer que ese cuadro est¨¦ ¨²nicamente sustentado en la adquisici¨®n de derechos sobre la compra de acciones de la compa?¨ªa que dirige; operaci¨®n mucho menos an¨®mala que el controvertido plan de opciones dise?ado al filo mismo de la privatizaci¨®n del antiguo monopolio de tel¨¦fonos. S¨®lo desde los desencuentros con los antiguos amigos se explica que un caso investigado por la CNMV salga a la luz dos a?os despu¨¦s convertido en una operaci¨®n de caza.
Pero lo m¨¢s incalificable es la intromisi¨®n del Gobierno en una instituci¨®n como la CNMV, que s¨®lo se justifica desde su propia independencia, y en torno a la compa?¨ªa espa?ola m¨¢s emblem¨¢tica, objeto de cotizaci¨®n en los principales mercados del mundo. La impresi¨®n de que la caza de Villalonga se est¨¢ llevando por delante la credibilidad de las instituciones y la seguridad de las inversiones empieza a generalizarse dentro y fuera de Espa?a, homologando nuestro sistema econ¨®mico con el m¨¢s rancio intervencionismo, propio de algunos pa¨ªses en los que rige ese "capitalismo de amiguetes" tan denostado por los inversores internacionales.
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