La desverg¨¹enza
Una mayor¨ªa absoluta es una mayor¨ªa absoluta. Permite al partido que la alcanza formar Gobierno sin necesidad de tener que pactar con ning¨²n otro partido y poner en pr¨¢ctica sin hipotecas el programa con el que concurri¨® a las elecciones. Pero nada m¨¢s. Una mayor¨ªa absoluta no legitima al Gobierno y en particular a su presidente para definir de manera vinculante el c¨®digo ¨¦tico al que tienen que ajustar su conducta los ciudadanos. La voluntad del presidente del Gobierno no puede constituirse en una sociedad democr¨¢tica en el canon con el que valorar ¨¦ticamente las conductas p¨²blicas o privadas.Y sin embargo, en ¨¦sas estamos. Y adem¨¢s con un grado de arbitrariedad literalmente escandaloso. Toda la informaci¨®n de que disponemos acerca de Josep Piqu¨¦ pone de manifiesto que su comportamiento no es que no sea ejemplar sino que es sospechoso de ser constitutivo de delito. Y no me refiero a la forma en que Piqu¨¦ cumple sus obligaciones tributarias. Me refiero a su conducta como empresario privado y como ministro. El fiscal que investig¨® el presunto delito de alzamiento de bienes por Josep Piqu¨¦ cuando era presidente de Ercros consider¨® que hab¨ªa suficientes indicios de criminalidad como para que se iniciaran actuaciones contra ¨¦l. El fiscal en el Tribunal de Cuentas que ha estudiado la condonaci¨®n de una deuda de 8.000 millones a esa empresa considera que la conducta de Piqu¨¦ como ministro de Industria tambi¨¦n tiene que ser investigada. Hay indicios objetivos de criminalidad en la conducta del se?or Piqu¨¦ tanto en su condici¨®n de empresario privado como en su condici¨®n de ministro e indicios apreciados por todos los fiscales que la han investigado. El presidente del Gobierno, por el contrario, considera que su conducta es intachable y lo ha "elevado" a la condici¨®n de ministro de Asuntos Exteriores en lo que ¨²nicamente cabe interpretar como una maniobra de presi¨®n sobre el Tribunal Supremo. ?Va a atreverse el Supremo a pedir el suplicatorio para proceder penalmente contra el ministro de Asuntos Exteriores de Espa?a? ?ste y no otro es el c¨¢lculo que est¨¢ detr¨¢s de la "promoci¨®n" de Josep Piqu¨¦, ya que no hay nada en su trayectoria profesional y pol¨ªtica anterior que lo acredite para la direcci¨®n de la pol¨ªtica exterior del pa¨ªs.
Completamente contraria es la valoraci¨®n de la conducta del presidente de Telef¨®nica. En la pasada legislatura se solicit¨® en varias ocasiones por algunos de los partidos de la oposici¨®n la comparecencia de Juan Villalonga en el Congreso de los Diputados para que diera raz¨®n de algunas de las decisiones que hab¨ªa adoptado y de algunas de las operaciones que hab¨ªa puesto en marcha. Con la inestimable ayuda de CiU, el Gobierno se opuso siempre a dicha comparecencia alegando que se trataba de un empresario privado y que los poderes p¨²blicos no deb¨ªan valorar la conducta de tales empresarios. Para eso estaba el consejo de administraci¨®n de la propia empresa y los organismos reguladores independientes, como la CNMV.
?sa era la doctrina oficial hasta que el presidente del Gobierno, por el motivo que sea, ha decidido que debe ser modificada y ha iniciado una cacer¨ªa, siguiendo la l¨ªnea que tan buen resultado le dio en la legislatura del 93 al 96, de combinar la presi¨®n medi¨¢tica con la acci¨®n institucional, entonces parlamentaria y hoy gubernamental. En 1998 Juan Villalonga era un empresario modelo, con una conducta intachable certificada tras una investigaci¨®n de la CNMV. En el 2000 es un individuo sospechoso, cuya conducta debe ser investigada de nuevo, porque la investigaci¨®n de 1998 se cerr¨® en falso. ?ste es el parecer del presidente del Gobierno, al que en un acto de servilismo repugnante el presidente de la CNMV se ha plegado de manera inmediata.Causa estupor la desverg¨¹enza con que se est¨¢ procediendo.
Ya en la pasada legislatura Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez fue relevado en la presidencia de la comisi¨®n reguladora del sector el¨¦ctrico por su desacuerdo con la ayuda billonaria concedida por Industria a las compa?¨ªas, todav¨ªa con problemas en Bruselas. Pero lo que se ha hecho con la CNMV simplemente para vengarse de un antiguo amigo en el que se ha perdido la confianza es mucho m¨¢s grave. Por la actuaci¨®n del presidente del Gobierno y por el servilismo del presidente de la CNMV. ?Hay alguien que pueda tener confianza en su independencia?
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