Trece horas en la isla equivocada

Cambiaron la verde y fr¨ªa Irlanda por la ¨¢rida y c¨¢lida Mallorca por culpa de un ave. Unos 250 ni?os valencianos pasaron 13 horas en la t¨¦rminal del aeropuerto de Son Sant Joan despu¨¦s que su vuelo fuera desviado a la capital de las Baleares por culpa de un p¨¢jaro, de naturaleza no concretada, que se introdujo en el motor del aparato oblig¨¢ndole a desviar su trayectoria y aterrizar.Fin del vuelo Valencia-Dubl¨ªn y comienzo (o continuaci¨®n) de una odisea, la que pasaron ayer seis grupos de ni?os y adolescentes que, procedentes de varias localidades de la Comunidad Valenciana viajaban a Irlanda. Simplemente, para aprender ingl¨¦s, no para sufrir en carne propia los rigores de la vida en los aeropuertos.

?sta ense?anza comenz¨® pronto. Con el primer retraso de su vuelo. El avi¨®n deb¨ªa partir a las 21.55 horas; aunque la salida fue pospuesta hasta las 23.30 horas y tuvo lugar, finalmente, hacia las 2 de la madrugada. "Tal como est¨¢n las cosas hoy en d¨ªa, el retraso era lo de menos. Nos pareci¨® hasta normal", coment¨® ayer al mediod¨ªa, desde un restaurante de Palma, Natalia, una de las expedicionarias.

Cuando el avi¨®n sobrevolaba Zaragoza y los pasajeros se dispon¨ªan a degustar un modesto bocadillo, el piloto anunci¨® la buena nueva. Son las 2.30 horas, y el avi¨®n cambia el noroeste por el sureste. Abandona la ruta hacia Dubl¨ªn y enfila las Balares por culpa, seg¨²n Spanair, de un p¨¢jaro. "El ave se introdujo en la turbina del avi¨®n. Por motivos de seguridad, el vuelo se dirigi¨® hacia el aeropuerto de Palma, el m¨¢s cercano", asegur¨® ayer un componente del equipo de relaciones p¨²blicas de la compa?¨ªa a¨¦rea.

Spanair tiene su base de operaciones en, precisamente, Mallorca. Y en el aeropuerto de esa isla, Son Sant Joan, transcurri¨® la noche para los 250 chavales. Provistos de unas pocas mantas y bocadillos, los estudiantes esperaron, sin fortuna, a que otro avi¨®n les condujera a Dubl¨ªn. La informaci¨®n, seg¨²n varios de los monitores, era escueta y contradictoria. Tanto que los responsables del grupo, secundados por muchos chavales, presentaron una reclamaci¨®n contra la compa?¨ªa por ¨¦stas y otras razones.

"Estamos cansados, nerviosos y agobiados despu¨¦s de estar todo el d¨ªa tirados en una terminal", coment¨® al mediod¨ªa de ayer Lidia, otra de las estudiantes. Spanair, por contra, defendi¨® su actuaci¨®n.

Seg¨²n su departamento de relaciones p¨²blicas proveyeron de mantas y comestibles a los pasajeros, a los que pagaron el desayuno y la comida, invitaron a pasar la ma?ana en un parque acu¨¢tico y la noche en un hotel. "Lo de la atracci¨®n s¨ª es cierto, aunque rechazamos la propuesta por la dificultad de controlar a 250 ni?os exhaustos en un recinto grande. Lo del hotel no es as¨ª. Incluso nos dijeron que era imposible encontrar uno para tanta gente en esta ¨¦poca del a?o".

En cualquier caso, Bernadette Ucker, una de las monitoras del grupo, califica de "correcto" el trato dispensado por la compa?¨ªa. ?sta consigui¨® fletar un avi¨®n para que la expedici¨®n partiera hacia Dubl¨ªn a las 16.40 horas. 13 horas despu¨¦s de la llegada del grupo a Son Sant Joan, 18 despu¨¦s de su te¨®rico horario de salida, los 250 chavales abandonaban el c¨¢lido Mediterr¨¢neo para encaminarse al fr¨ªo Atl¨¢ntico.