En manos de Zidane

Malos augurios para la gran final. Michel Platini, uno de los m¨¢s grandes en la historia del f¨²tbol franc¨¦s, fue ayer tajante: "No ser¨¢ un partido bonito y ganar¨¢ Francia con un gol de oro". Platini apoy¨® sus pron¨®sticos en su gran conocimiento del calcio, donde pas¨® los a?os m¨¢s brillantes de su carrera en el Juventus de Tur¨ªn. "No es que Dino Zoff ordene a sus jugadores el catenaccio, ni que los propios futbolistas lo hayan decidido, lo que ocurre es que siempre han jugado as¨ª, para ellos es toda una tradici¨®n".El ex capit¨¢n de Francia reparti¨® abundantes elogios para su sucesor, Zinedine Zidane, del que asegur¨® que est¨¢ "en mejor forma" que durante el Mundial de 1998, "y sus compa?eros han sabido aprovecharse de ello". No obstante, Platini espet¨®: "Es muy bueno con la pelota en los pies, pero lo que Zidane hace con un bal¨®n lo hac¨ªa Maradona con una naranja".

De la actuaci¨®n de Zidane depende en gran medida el curso del partido para Francia. Roger Lemerre, seleccionador franc¨¦s, lo sabe y ayer, poco antes de comenzar un entrenamiento a puerta cerrada en el estadio De Kuip, escenario de la final, reconoci¨® que tiene la inmensa fortuna de dirigir "al mejor jugador del mundo. Zidane es m¨¢gico, sabe cu¨¢ndo acelerar para esquivar a sus rivales, no duda nunca, tiene una fuerza moral excepcional y es un muchacho impresionante".

Al contrario que Platini, Lemerre no quiso profundizar en el cerrojo que le plantear¨¢ su enemigo de hoy. El seleccionador del equipo del gallo se limit¨® a significar que frente a Holanda, "los italianos mostraron un coraje y una voluntad enormes y, aunque estuvieron dominados, cuando pudieron se fueron al ataque, e incluso estuvieron a punto de ganar el partido con un gol de Delvecchio". Tras este sorprendente an¨¢lisis, Lemerre puntualiz¨®: "Dominar no significa exactamente ganar".

Por si acaso, el entrenador franc¨¦s, al que muchos de sus compatriotas acusan de tener inclinaciones defensivas, declar¨® que a ¨¦l le gusta jugar al ataque. En este sentido, subray¨® que desde el Mundial de 1998, la l¨ªnea que m¨¢s ha mejorado su equipo "es la delantera".

Lemerre se espera un rival con el partido minuciosamente estudiado. "Explotar¨¢n nuestros puntos d¨¦biles, algo que hacen muy bien en los grandes acontecimientos", dijo el seleccionador galo. "Francia", apunt¨® su t¨¦cnico, "tendr¨¢ que explotar su fortaleza mental, no s¨®lo sus cualidades t¨¦cnicas. Si las cosas vienen mal dadas, los franceses tambi¨¦n somos peligrosos, sabemos c¨®mo reaccionar".

El sucesor de Aim¨¨ Jacquet, cuyo ¨²nico "¨¦xito" como entrenador fue un campeonato del mundo militar con Francia en 1995, asegur¨® no sentirse presionado ante el mayor reto de su carrera: "El f¨²tbol es un juego y realmente no siento mucha presi¨®n, sin embargo, es ante la prensa cuando tengo miedo de m¨ª mismo".

Los jugadores franceses, que se repartir¨¢n 90 millones de pesetas en primas si ganan el trofeo, temen m¨¢s que nada la organizaci¨®n hiperdefensiva de los italianos. La mayor¨ªa tienen mucha experiencia en el calcio y lo han padecido en directo. Once de los convocados por Lemerre han jugado en la Liga italiana y cuatro de ellos -Zidane, Blanc, Candela y Thuram- a¨²n pertenecen a clubes transalpinos. "El f¨²tbol italiano es muy feo", dijo Patrick Vieira, que tuvo un paso ef¨ªmero por el Milan. Dugarry, que tuvo una aventura similar con los milanistas, recalc¨® "las tremendas dificultades" que plantean siempre los encuentros con abundancia de italianos.

La ¨²nica inc¨®gnita en la alineaci¨®n de Francia est¨¢ en el centro del campo. Petit, con fiebre, no ten¨ªa previsto entrenarse ayer. En caso de que no se recuperara, Lemerre apostar¨ªa por Dugarry o Djorkaeff.

Para algunos de los actuales campeones del mundo, la final servir¨¢ de despedida. Es el caso de los dos l¨ªderes de una brillante generaci¨®n. Didier Deschamps, el capit¨¢n que levant¨® la Copa del Mundo en Par¨ªs hace dos a?os, y Laurent Blanc, el l¨ªbero al que Aim¨¦ Jacquet rescat¨® para la selecci¨®n tras a?os de tinieblas, han anunciado su adi¨®s al equipo nacional. Otro acicate para una selecci¨®n que quiere marcar una ¨¦poca y que ha conseguido sus dos grandes t¨ªtulos, la Eurocopa del 84 y el Mundial del 98, como local, jam¨¢s como visitante.