El aprendiz atosigado
Cuando a uno le entregan el maillot blanco por ser el primer clasificado menor de 25 a?os -jersey que no aparec¨ªa por el Tour desde que lo gan¨® Breukink en 1988- le dan tambi¨¦n unas obligaciones diarias: pasar por el podio despu¨¦s de cada etapa, recoger muchos ramos, una colecci¨®n de leones de peluche, decenas de besos en las mejillas. Aunque no est¨¦ escrito, tambi¨¦n le adjudican una interminable agenda de entrevistas y, como arte de magia, se multiplica el n¨²mero de personas a su alrededor. Y por supuesto, recibe una palmadita en la espalda. "Ver¨¢s la que te espera".Unos lo sobrellevan como si lo vistieran de toda la vida. Otros, como David Ca?ada, lo soportan como si aguantaran una losa de hormig¨®n armado. "Estoy atosigado, me siento desbordado", confesaba ayer, al salir del control de firmas. Nadie se le abalanz¨®, ni le chillaban, no le empujaban. Pero ¨¦l, desde que sale del hotel, siente que todo el mundo le habla, que le ahogan, y que le falta tiempo para hacer sus rutinas. Como si temiera que el pelot¨®n tome la salida ficticia sin ¨¦l.
A Ca?ada le ha ca¨ªdo la fama de repente. Hab¨ªa vivido cinco temporadas de anonimato como profesional, siempre en el ONCE, sin que le reconocieran. A lo sumo, en su Zaragoza. ?l casi siempre se entrena solo en su bicicleta -no tiene m¨¢s paisanos con los que poder salir a la carretera-. Tal vez por eso le ha terminado cogiendo gusto a la contrarreloj individual. Es su modalidad. "Me encanta", susurra.
Aunque el salto lo haya dado ahora, en su primer Tour, sus habilidades se conoc¨ªan desde su ¨¦poca de juveniles. "Tiene unas condiciones f¨ªsicas envidiables; es muy bueno desde que ten¨ªa 16 a?os", asegura Jos¨¦ Ignacio Labarta, segundo director del Kelme, tambi¨¦n aragon¨¦s. Este a?o ya ha ganado la Vuelta a Murcia y dos contrarreloj. Y, seg¨²n sostiene, nada tiene que ver su preparaci¨®n invernal en Australia. "All¨ª fui a entrenarme con buen tiempo, de vacaciones y a aprender ingl¨¦s".
En su caso, el ejercicio solitario tiene algo que ver con su personalidad. Es introvertido, se le atropellan las palabras y ha llegado a padecer algunos problemas de inseguridad con el peso (ahora ronda los 68 kilogramos, algo perfectamente razonable para sus 1,76 metros de estatura, pero dicen que sufri¨® bulimia hace unos a?os).
Tambi¨¦n sufre al lado de los micr¨®fonos. Y eso que en el Tour ha estrenado una columna diaria en el Peri¨®dico de Arag¨®n, donde cuenta sus impresiones. "Si me paro a pensarlo, no me lo creo", confesaba en su entrega de ayer, tras subir al podio y vestirse el blanco por primera vez. "Creo que puedo mantener el maillot hasta la primera etapa de monta?a . Estoy a un nivel impresionante. He venido a acabar el Tour". Puede ser. Pero ¨¦l ya ha cumplido con su parte: quinto en la primera contrarreloj y hombre clave en la victoria del ONCE en la contrarreloj por equipos de Saint Nazaire. Y ya ha entrado con pleno derecho en la lista de novatos herederos de Mart¨ªnez Heredia, ¨²ltimo espa?ol ganador del maillot blanco, en 1976. Desde entonces, s¨®lo lo hab¨ªa podido vestir el fallecido Antonio Mart¨ªn (1993).
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