Fox heredar¨¢ un pa¨ªs econ¨®micamente estable y en fase de crecimiento
El Gobierno mexicano declar¨® conjurado el peligro de una nueva crisis financiera nacional, problema que tradicionalmente irrumpe en los relevos de presidente. Portavoces oficiales subrayaron que el Ejecutivo entrante -el Gobierno de Vicente Fox- recibir¨¢ el primero de diciembre unas cuentas estables, una estabilidad econ¨®mica a prueba de bombas y un pa¨ªs claramente encarrilado en la senda del crecimiento.
A las dos semanas del traspaso de poder entre Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y Ernesto Zedillo (1994-diciembre 2000) se produjo una brusca devaluaci¨®n del peso, quiebras empresariales y bancarias en cadena y millones de mexicanos perdieron parte de su capacidad adquisitiva. "Nadie se mover¨¢ [los funcionarios de sus puestos] ni har¨¢ las maletas hasta el 30 de noviembre", tranquiliz¨® Carlos Noriega, subsecretario (viceministro) de Hacienda.El presidente electo, Vicente Fox, deber¨¢ decidir si aprovecha la l¨ªnea de cr¨¦dito de 20.000 millones de d¨®lares (3,5 billones de pesetas) aprobada el a?o pasado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para salir al paso de fugas de capital y de trastornos financieros derivados de la incertidumbre pol¨ªtica. Las reservas en divisas de M¨¦xico ascienden a 32.000 millones de d¨®lares (5,6 billones de pesetas), despu¨¦s de haberse quedado sin blanca a finales de 1994 y de verse obligado a pedir m¨¢s de 40.000 millones de d¨®lares (siete billones de pesetas) en pr¨¦stamos. La transici¨®n parece fluida y los Gobiernos entrante y saliente har¨¢n conjuntamente los presupuestos de 2001.
M¨¦xico padece todav¨ªa la pobreza de 40 de sus 100 millones de habitantes, una sostenida ca¨ªda de la capacidad adquisitiva de los salarios y los lastres son todav¨ªa monumentales. "La recuperaci¨®n todav¨ªa no se siente con igual vigor en todos los hogares", se?ala el analista V¨ªctor Felipe Piz. Millones no lo sienten ni poco ni mucho.
El desequilibrio es consecuencia de la imposibilidad del sistema de crear empleos a la misma velocidad que lo que demanda el crecimiento demogr¨¢fico y la masiva entrada de j¨®venes en el mercado laboral, penetrado hasta el tu¨¦tano por la econom¨ªa informal y callejera. M¨¦xico, con sus peque?as y medianas empresas necesitadas de financiaci¨®n para salir del bache, ha ordenado sus grandes cuentas. Sin embargo, redujo el d¨¦ficit fiscal y el ahorro interno, que en 1994 representaba el 14,7% del PIB y que se espera que a finales de este a?o suba hasta el 21,7%. Adem¨¢s, la estricta pol¨ªtica monetaria aplicada por el Banco de M¨¦xico y el crecimiento del sector exportador colaboraron en la mejor¨ªa de las principales variables macroecon¨®micas.
La entrada de capital fue tambi¨¦n masiva, pero una buena parte de car¨¢cter especulativo. El PIB creci¨® cinco puntos de promedio en los ¨²ltimos a?os. La inflaci¨®n, seg¨²n el Banco de M¨¦xico, puede situarse en torno a los 10 puntos, comparada con el 12,3% el a?o pasado, y el d¨¦ficit por cuenta corriente de la balanza de pagos es la mitad del registrado en 1994.
Afortunadamente para M¨¦xico, los precios de los combustibles no han experimentado los descensos de los ochenta y no se avizoran devaluaciones. M¨¦xico firm¨® el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canad¨¢ y es ya una potencia exportadora de crudo y manufacturas, consecuencia en parte de los bajos salarios pagados en las maquiladoras, las cadenas de montaje establecidas por el capital extranjero en la frontera norteamericana.
El Gobierno de Salinas de Gortari atrajo una masiva entrada de capitales del extranjero. Al igual que el Ejecutivo de Zedillo, llev¨® a efecto una estricta pol¨ªtica monetaria, pero cav¨® su tumba al mantener las bandas de flotaci¨®n y un manejo de la deuda p¨²blica arriesgada a trav¨¦s de los tesobonos, la deuda interna pagada en d¨®lares y a corto plazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.