Los empresarios portugueses piden 50.000 obreros de Europa del Este
Libre contrataci¨®n
Los empresarios portugueses de la construcci¨®n reclaman la contrataci¨®n de al menos 50.000 inmigrantes del Este de Europa ante la falta de trabajadores para acometer las grandes obras que necesitar¨¢ el pa¨ªs en los pr¨®ximos a?os. Los empresarios prefieren esta mano de obra, frente a la tradicional inmigraci¨®n africana, por su actual disponibilidad y formaci¨®n t¨¦cnica. El presidente de la Rep¨²blica, Jorge Sampaio, ha exigido "el fin de la explotaci¨®n" de estos trabajadores por parte de "constructores sin escr¨²pulos".D¨ªas despu¨¦s de que el Gobierno portugu¨¦s anunciase un proyecto para legalizar la mano de obra clandestina por un periodo de cinco a?os (afectar¨ªa a m¨¢s de 30.000 trabajadores), los constructores han solicitado la contrataci¨®n de al menos 50.000 inmigrantes del Este de Europa para hacer frente a una avalancha de obras p¨²blicas que deber¨¢n llevar a cabo de forma inmediata. Los empresarios tienen a la vista las obras del embalse de Alqueva, junto a la frontera con Espa?a, la remodelaci¨®n de los aeropuertos, la construcci¨®n de cinco nuevos estadios de f¨²tbol para el Euro 2004, la ampliaci¨®n de su red de autopistas y las obras para la capitalidad cultural de Oporto en 2001, lo que incluye el nuevo metropolitano.
Ante ese horizonte y la falta de trabajadores para tales empleos, los constructores portugueses han reivindicado la libre contrataci¨®n de mano de obra del Este de Europa ante el previsible "estrangulamiento de su actividad", seg¨²n reconoci¨® el presidente de la Asociaci¨®n de los Industriales y la Construcci¨®n Civil de Obras P¨²blicas (AICCOP), Rui Vieira. A su juicio, los trabajadores del Este de Europa "se colocan como un buen mercado de reclutamiento de mano de obra", dada su actual disponibilidad cuantitativa y su elevada formaci¨®n t¨¦cnica, frente a la tradicional llegada de inmigrantes africanos. Todo ello, sin contar con la actual carencia de trabajadores para sectores tan importantes como el turismo, el comercio o las empresas de servicios.La patronal de la construcci¨®n explica que el futuro reclutamiento de trabajadores del Este de Europa, en especial de Ucrania, Ruman¨ªa y algunas rep¨²blicas de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, no significa la cancelaci¨®n de contratos a los africanos y reclaman la r¨¢pida legalizaci¨®n de los primeros, al estar m¨¢s expuestos a la explotaci¨®n empresarial por su falta de dominio del idioma portugu¨¦s.
El proyecto gubernamental para legalizar esa mano de obra, hasta ahora clandestina, ha provocado severas protestas de las organizaciones para la defensa de los inmigrantes, que consideran esa propuesta como "una evidente cesi¨®n a los intereses de las grandes empresas, principalmente de la construcci¨®n, cuyo resultado ser¨¢ oficializar el trabajo esclavo". Dichas asociaciones han denunciado el r¨¦gimen de esclavitud a que se ven sometidos millares de inmigrantes clandestinos en Portugal (la Expo 98 fue levantada gracias a ellos) y afirman que la futura legislaci¨®n crear¨¢ "un nuevo grupo de ciudadanos de tercera sin ning¨²n tipo de derechos y en absoluta dependencia de las autoridades patronales, una vez que sea aprobada la denominada autorizaci¨®n de permanencia". Estas asociaciones explican que el proyecto crear¨ªa un grupo de "ciudadanos descartables, que se usan mientras son necesarios y se abandonan cuando dejan de serlo", seg¨²n afirma al diario P¨²blico Tim¨®teo de Macedo, responsable de la organizaci¨®n Olho Vivo. Por su parte, el presidente de la Rep¨²blica, Jorge Sampaio, denunci¨® esta semana la "reiterada explotaci¨®n de los inmigrantes por parte de constructores sin escr¨²pulos y las redes ilegales". Sampaio calific¨® de "indignantes" las condiciones infrahumanas que sufren esos trabajadores y exigi¨® el "fin de tales pr¨¢cticas". Tambi¨¦n record¨® que Portugal fue "durante a?os una patria de emigrantes".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.