G¨®mez Escorial: "Para un torero como yo, cada tarde es un aut¨¦ntico reto"

A ?ngel G¨®mez Escorial se le est¨¢ poniendo cara de sprinter. Durante toda la carrera, ni se le ve y, de repente, aparece con la gamuza de mojar orejas. Atraviesa la meta, y trofeo. En la tarde de ayer, ni anunciado estaba. Su presencia se confirm¨® un d¨ªa antes de que arrancara la feria. Ven¨ªa en sustituci¨®n de El Califa. Tambi¨¦n en San Isidro entr¨® por culpa de las lesiones de Paquito Perlaza y Vicente Bejarano. "El problema", se?ala, "es que para un torero como yo, en mi situaci¨®n, cada tarde se convierte en un aut¨¦ntico reto. No tienes apenas tiempo para mentalizarte, y de repente ya te lo est¨¢s jugando todo en un sitio que va a ver todo el mundo: empresarios y aficionados".El de ayer, adem¨¢s, no es cualquier sitio. Pocas plazas requieren tanto entrenamiento psicol¨®gico como Pamplona. Se perd¨ªa la tarde, y con ella, los esperados toros de Adolfo Mart¨ªn y... sali¨® el sobrero que sustitu¨ªa al ¨²nico toro que no era del hierro titular. "Cuando un toro de Adolfo embiste, embiste humillado y despacio como ninguno".

Escorial se detiene en la faena que le vali¨® la casi-oreja que fue vuelta al ruedo: "Al fallar con la espada... No s¨¦, quiz¨¢ he esperado mucho a que se echara... Tendr¨ªa que haber cogido el descabello antes". "Necesitaba esa oreja", contin¨²a. "En cualquier caso, creo que las dos tandas con la izquierda ah¨ª han quedado. Luego, el toro se ha parado y hab¨ªa que cambiar el rumbo de la faena: demostrar entrega para que el calor de la tarde no se viniera abajo". La entrega se tradujo en un tremendo revolc¨®n amarrado al filo de los pitones. Cabeceaba el animal y ?ngel aguantaba. Aguant¨® y... gan¨® al sprint.