"He tenido que ser padre para cantar 'Rigoletto"
Carlos ?lvarez se pellizca cada ma?ana. Nunca so?¨® ser cantante de ¨®pera. Ahora lo es. Nunca se plante¨® actuar a las ¨®rdenes de directores como Lorin Maazel, Riccardo Chailly, incluso de decir alguna vez que no a figurones como Riccardo Muti. Los tres se lo rifan. Mucho menos pens¨® que alguna vez conquistar¨ªa Salzburgo. Y el festival m¨¢s importante se puso a sus pies. A pesar de todas estas haza?as, ?lvarez, 33 a?os y el bar¨ªtono espa?ol que m¨¢s triunfa en el mundo, sigue viviendo en M¨¢laga, ciudad de la que estos d¨ªas se aleja para volver a cantar en el Teatro Real Ernani, de Verdi, uno de los compositores que m¨¢s gloria le ha dado."?Qu¨¦ suerte tengo!". No le duelen prendas reconocerlo. No se pavonea como otros. Cree que, pese a la competencia de este mundo de divos, la ¨®pera debe ser una carrera de superaci¨®n de uno mismo. "Me lo dijo una vez Joan Pons y no se me ha olvidado. Me cont¨® que hay teatros y trabajos para todos y que nuestras carreras deben ser una lucha de superaci¨®n personal, no de superaci¨®n de los dem¨¢s". Tampoco le excitan las nuevas tecnolog¨ªas, como a muchos cantantes de su generaci¨®n, que ven en los portales y en la televisi¨®n por sat¨¦lite la verdad, la vida y el futuro de la ¨®pera. "No, por Dios. A m¨ª me gusta el contacto directo con el p¨²blico, nosotros actuamos sin red y buscamos provocar la emoci¨®n en el teatros. Es verdad, que alguna vez, se puede encontrar en casa de uno, con un buen momento en una grabaci¨®n, pero como en el teatro, en ning¨²n sitio".
De su trabajo, ?lvarez adora la teatralidad sin megabites, a pelo. "La base de este espect¨¢culo est¨¢ en las partituras de las ¨®peras, pero la credibilidad est¨¢ en hacer veraces nuestras actuaciones". ?l ha tenido buena escuela: La zarzuela. "En la zarzuela tienes que ser buen actor, sino, est¨¢s perdido". Aunque ¨¦l ya es un consagrado en el mundo del canto a nivel internacional, confiesa que no se ha sacado de encima ese veneno. Es m¨¢s, la pasada semana se acerc¨® al Teatro de La Zarzuela, el escenario en el que ?lvarez tantas veces ha arrasado y en donde se convirti¨® en un intocable del p¨²blico madrile?o, para ver una representaci¨®n de La del soto del parral en la que actuaban varios de sus compa?eros de otros tiempos. "Me entraron ganas de subirme a cantar con ellos", dice quien este a?o se subir¨¢ a La Bastilla, en Par¨ªs y que se ha bajado ya de las tablas de la ¨®pera de Viena, del Covent Garden de Londres, de La Scala de Mil¨¢n, el Liceo, Salzburgo... "Siempre lo tienes que hacer bien, ya sea en Salzburgo o en Burgo de Osma".
Esa profesionalidad es la que intentar¨¢ demostrar a partir del jueves en Real, con este montaje de Ernani, que tambi¨¦n cuenta en el reparto con el tenor esloveno Janez Lotric en sustituci¨®n de Franco Farina, que suspendi¨® ayer por enfermedad, el bajo Carlo Colombara, la soprano Sylvie Valayre, la direcci¨®n esc¨¦nica de Jos¨¦ Carlos Plaza y la musical de Roberto Tolomelli. Todos est¨¢n implicados en esta ¨®pera verdiana de tema espa?ol, como Don Carlo, Il trovattore o La forza del destino, con las que el Real quiere festejar por adelantado el a?o del centenario de la muerte del compositor italiano.
?lvarez se meter¨¢ en la piel y en la voz de un joven Carlos I, enamorado, iracundo, pero muy humano, a los ojos del propio Verdi y de V¨ªctor Hugo, autor de la obra en la que se basa lo que es la quinta ¨®pera compuesta por el m¨²sico en vida, estrenada en Venecia en 1844. "Me identifico con esta visi¨®n de Carlos I, libre, mayor, precursor de muchas cosas y tambi¨¦n lleno de responsabilidades", cuenta ?lvarez. Y no extra?a, porque con la perilla que luce, el pelo largo, moreno, ondulado y las curvas de la cara, talladas de puro gesto, parece un personaje de la Espa?a de aquellos tiempos.
Valent¨ªa no le ha faltado nunca. Ni agallas para no lanzarse a por el oro antes de estar bien preparado. Como cuando con 25 a?os le dijo a Muti que no se ve¨ªa preparado para cantar Rigoletto, de Verdi, en la Scala, junto a ¨¦l. Podr¨ªa haber sido la gloria antes de tiempo, pero tambi¨¦n el rid¨ªculo y por eso se ech¨® atr¨¢s. La negativa no hizo que el director napolitano le guardara rencor. Con ¨¦l ha hecho otras cosas despu¨¦s. ?Y Rigoletto? Nunca lo ha cantado, pese a ser uno de los papeles claves en la carrera de un bar¨ªtono. Pero esa asignatura ya tiene fecha de examen: A?o 2002. Lugar: Teatro Real. "Estoy listo, tengo ahora las cualidades vocales y experiencia art¨ªstica y vital. Ahora soy padre y entiendo mejor a ese personaje, que es el padrazo por excelencia". Prueba de fuego. Es padre y lo volver¨¢ a ser este verano. Por eso, tras su compromiso en el Real no har¨¢ m¨¢s actuaciones este verano, salvo un concierto en San Sebasti¨¢n.
Pese a que le han colgado el cartel de cantante verdiano, no quiere que eso le aleje de otros terrenos. "Con Verdi ahondo en repertorios dram¨¢ticos, intensos, pero no quiero dejar de disfrutar de otras cosas m¨¢s ligeras con las que me divierto: Rossini, Mozart, Donizetti y Bellini". Combinar ese repertorio en las 60 o 65 actuaciones que hace al a?o, que puede elegir. ?l persigue "cantar con l¨ªnea, con naturalidad. El canto debe ser fluido y pastoso, como la miel. Suave y a la vez consistente".
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