Los expertos destacan el aumento de asesinatos que siguen a las ejecuciones de penas de muerte
El m¨¢ximo castigo penal vigente en los Estados Unidos, la condena a muerte, no s¨®lo se muestra incapaz de reducir los ¨ªndices de violencia sino que sirve a los fines contra los que te¨®ricamente combate. Los expertos reunidos ayer destacaron que gran parte de responsabilidad de los asesinatos tienen su origen en la mayor expresi¨®n de violencia institucional. El profesor de sociolog¨ªa de la Universidad de New Hampshire Murray Straus fue m¨¢s lejos y entr¨® en detalle. Cit¨® un estudio que demuestra que hasta dos semanas despu¨¦s de cada ejecuci¨®n, los registros de homicidios recogen notables aumentos en los estados que aplican la pena de muerte. Se?al¨®, adem¨¢s, que cuanta mayor publicidad se da a la muerte, mayores son las tasas de violencia registradas.
David Adams, responsable de los programas para la educaci¨®n y la Paz de la Unesco, carg¨® abiertamente y con dureza contra la pena de muerte al final de su exposici¨®n. El dirigente de este organismo dependiente de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas destinado a la promoci¨®n de la educaci¨®n y la cultura denunci¨® el "impacto tremendo" que tiene sobre los niveles de violencia social que el Estado aplique la pena de muerte. "Matar en nombre de la justicia es un modelo peligros¨ªsimo", se?al¨® Adams. "Espero que Europa mantenga su firmeza" [en contra de la ejecuci¨®n de delincuentes].
El responsable de la Unesco se refiri¨® a la asunci¨®n por parte de los ciudadanos de los modelos agresivos que hace suyos, en este caso, el Estado. "Si la conducta del Estado es matar, se da un reconocimiento moral al acto de matar", afirm¨® Adams.
Este reconocimiento moral ha sido trabajado en un estudio sobre los efectos de la segunda Guerra Mundial en los registros de homicidios en los Estados Unidos. El profesor Straus apunt¨® un informe elaborado por D. Archer y M. Gartner que recoge el aumento de asesinatos producidos por ex combatientes. El estudio destaca que en determinados ex combatientes est¨¢ tan asumida la idea de matar al enemigo que se sigue matando "a quien hace el mal", aunque "el enemigo deja de ser una persona con otro uniforme para pasar a ser la persona que nos da?a".
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