La inseguridad masculina y la falta de medidas legales est¨¢n en la ra¨ªz de la violencia dom¨¦stica
Los expertos reunidos ayer en Valencia abordaron las causas que se encuentran en la ra¨ªz de la violencia masculina en la primera sesi¨®n del Congreso de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Agresi¨®n. El responsable de la campa?a del lazo blanco contra este tipo de agresiones, Michael Kaufmann, destac¨® la dificultad de los hombres de adaptarse a las actitudes que se les atribuyen culturalmente, una frustraci¨®n que degenera en agresiones hacia sus parejas. Este profesor canadiense tambi¨¦n aludi¨® a la falta de legislaci¨®n adecuada para combatir la "epidemia" de violencia.
Kaufmann se?al¨® que los ¨²ltimos datos recogidos en su pa¨ªs apuntan que la mitad de las mujeres canadienses ha sufrido alg¨²n tipo de violencia por parte de sus parejas, un dato que, afirm¨®, es extensible a las sociedades occidentales. Este profesor universitario de Ciencias Pol¨ªticas dej¨® de lado la docencia en 1992 para dedicarse ¨ªntegramente a labores educativas tras dar origen en 1991 a la campa?a del lazo blanco, una movilizaci¨®n que se ha extendido a numerosos pa¨ªses destinada a acabar con la violencia masculina en el hogar. "La mayor¨ªa de los hombres no son agresivos, pero callan ante la violencia, lo que permite que contin¨²e", se?al¨®. Para acabar con esta actitud ide¨® una campa?a en la que cada 25 de diciembre -d¨ªa internacional contra los malos tratos- los hombres muestran durante unos 10 d¨ªas un lazo blanco por el que se comprometen, adem¨¢s de no cometer agresiones, a no callar ante los actos que vean y denunciarlos.
Esta experiencia se extendi¨® r¨¢pidamente a los Estados Unidos y ha alcanzado a Europa. Pa¨ªses como Noruega, Suecia, Finlandia, Reino Unido, Alemania o incluso Espa?a se han adherido a la campa?a. Kaufmann detall¨® en su exposici¨®n el origen de la violencia y trat¨® aspectos cl¨¢sicos como la defensa de un mal entendido poder patriarcal del hombre que recurre a la violencia para demostrar su situaci¨®n de superioridad en la relaci¨®n. Tambi¨¦n aludi¨® a la falta de legislaci¨®n, a su inconcreci¨®n, o a las experiencias de agresiones vividas en la infancia. El profesor canadiense se detuvo m¨¢s en factores como el que denomin¨® "paradoja del poder masculino". Por ¨¦l entiende las condiciones que culturalmente se suponen al hombre -virilidad, fortaleza, poder- que, se?ala, son imposibles de mantener. Esta situaci¨®n deriva en decepci¨®n e inseguridad que en muchos casos acaba en conductas agresivas contra su compa?era como acto de reafirmaci¨®n masculina. De hecho, Kaufmann destac¨® que estas situaciones se muestran m¨¢s evidentes en momentos en los que los hombres atraviesan una separaci¨®n o est¨¢n desempleados, momentos en los que son m¨¢s habituales las agresiones. El profesor abog¨® por un cambio de rol en el papel del hombre para romper con estos prejuicios.
La sesi¨®n tambi¨¦n abord¨® los programas de prevenci¨®n ante la violencia centrados en los ni?os. Rowell Huesmann, profesor de la Universidad de Michigan, se?al¨® que la efectividad de estos tratamientos est¨¢ por debajo del 10% y advirti¨® del camino que queda por recorrer para alcanzar resultados m¨¢s positivos. Tambi¨¦n apunt¨® que las conductas antisociales se pueden llegar a detectar en la infancia, con apenas ocho a?os, y es entonces cuando las medidas son m¨¢s eficaces para evitar que en un futuro estos ni?os se conviertan en adolescentes o adultos con problemas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.