INMIGRACI?N Y MEDIOS DE COMUNICACI?N Una colaboraci¨®n necesaria
Por lo que sabemos de los estudios realizados con prensa de distribuci¨®n nacional, el tratamiento del fen¨®meno de la inmigraci¨®n como proceso global suele ser tratado de manera superficial y muy parcialmente reducido al ¨¢mbito espa?ol. El extranjero inmigrante, gracias a los medios de comunicaci¨®n -aunque con otras colaboraciones pol¨ªticas imprescindibles-, se ha ido, poco a poco, mutando hasta perder el sustantivo (extranjero) en favor del adjetivo (inmigrante), m¨¢s visible. As¨ª, la categor¨ªa inmigrante se ha impuesto como una manera concreta de percibir al extranjero de acuerdo con su aspecto f¨ªsico y su situaci¨®n social. De este modo, el extranjero por antonomasia, el popular guiri, es el blanco rico. El inmigrante, por su parte, desborda la categor¨ªa estrictamente jur¨ªdica y representa el otro, el distinto por su cultura, sus rasgos fenot¨ªpicos, su pobreza y su religi¨®n. El nivel socioecon¨®mico junto con consideraciones de tipo ¨¦tnico o cultural aumentan o disminuyen la visibilidad del extranjero o del inmigrante; la distancia entre uno y otro aumenta a medida que el segundo se aleja del prototipo normalizado de la llamada "raza blanca" y/o cultura occidental: aqu¨¦l se asocia a la modernidad mientras que a ¨¦ste se le sit¨²a m¨¢s o menos en los or¨ªgenes de la era pre-industrial.Por todo ello, creemos que la identificaci¨®n del inmigrante extranjero en los medios de comunicaci¨®n debe ser uno de los elementos -no el ¨²nico- que m¨¢s urgentemente deber¨ªa atenderse para contribuir a todo ese plan de sensibilizaci¨®n de la sociedad que est¨¢ por hacer y que es urgente acometer. Algunos de los modos con que se identifica al inmigrante tienen que ver con el volumen num¨¦rico: "avalancha" e "invasi¨®n" son los t¨¦rminos a los que m¨¢s se suele recurrir. En una de cada cuatro noticias sobre poblaci¨®n inmigrante aparecidas en ocho peri¨®dicos editados en Andaluc¨ªa -uno por cada provincia- se recurre a un ya conocido y familiar "baile de cifras". En lo referente a su origen, la nacionalidad es determinante: la marroqu¨ª figura en dos de cada tres noticias en las que el inmigrante es identificado por el pa¨ªs del que se supone que es s¨²bdito. Tambi¨¦n lo es su procedencia geogr¨¢fica: uno de cada 10 titulares utiliza t¨¦rminos de adscripci¨®n identitaria ligados a continentes o a zonas geogr¨¢ficas: africanos, asi¨¢ticos, sudamericanos, etc. No faltan quienes identifican al inmigrante extranjero por su imagen fenot¨ªpica con expresiones como "individuos de raza magreb¨ª", "empleados de raza negra" y "mujeres de raza negra". Tambi¨¦n, cuando el individuo inmigrante es negro, se elude la referencia a la llamada "raza negra" pero se la invoca con t¨¦rminos geogr¨¢ficos ("subsaharianos") que estereotipa a toda la poblaci¨®n de una determinada zona de la Tierra. No se invoca a la "raza" en el sentido en que lo hacen las viejas teor¨ªas racistas, pero se utilizan t¨¦rminos que recuerdan el "nuevo" racismo de corte culturalista.
Por ¨²ltimo, en esta compleja operaci¨®n de car¨¢cter cultural de reducir la condici¨®n de extranjero a la categor¨ªa de inmigrante, es necesario destacar las constantes alusiones al estado jur¨ªdico de esta poblaci¨®n que pasa por distintos grados cuasi al margen de la ley. As¨ª, dos de cada tres titulares a?aden al sustantivo inmigrante apellidos que refieren su situaci¨®n jur¨ªdico-administrativa consustancial a su condici¨®n de inmigrante: marginalidad jur¨ªdica, administrativa y social en t¨¦rminos de "ilegal", "irregular", "indocumentado", "clandestino", "poliz¨®n" o "sin papeles". Con estos t¨¦rminos resulta f¨¢cil encadenar operaciones discursivas de identificaci¨®n entre inmigraci¨®n extranjera y delincuencia. Las desgraciadamente famosas pateras podr¨¢n encontrar, y encuentran, en la prensa la doble misi¨®n de transportar pasajeros y mercanc¨ªas ("hach¨ªs"), con la correspondiente identificaci¨®n entre el pasaje y la mercanc¨ªa.
De las anteriores cuestiones, sint¨¦ticamente tratadas, se derivan toda una serie de reflexiones que podr¨ªamos reducir, por ahora, a dos acciones concretas. A nuestro entender, los medios de comunicaci¨®n deben realizar un esfuerzo significativo que les permita acercarse a las fuentes documentales originales m¨¢s significativas para contrastar los datos sobre la presencia de extranjeros en Espa?a.
Por nuestra parte, quienes nos dedicamos al estudio de las poblaciones de extranjeros inmigrantes debemos realizar otro importante esfuerzo traduciendo los estudios en informaci¨®n divulgativa, asumiendo el compromiso de dar a conocer a la ciudadan¨ªa nuestras averiguaciones en un lenguaje que sea inteligible y que llegue a todos, no s¨®lo a nuestra tribu cient¨ªfica.
Con estas dos primeras acciones lograremos convencer a muchos de que la inmigraci¨®n no es un problema actual y puntual, sino un fen¨®meno que recorre la historia entera de la especie humana.
F. Javier Garc¨ªa Casta?o y Antol¨ªn Granados Mart¨ªnez, son miembros del Laboratorio de Estudios Interculturales de la Universidad de Granada y han sido ponentes en la jornadas El Tratamiento de la Inmigraci¨®n en los Medios de Comunicaci¨®n, celebradas en Ja¨¦n entre el 23 y 24 de junio.
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