La m¨²sica de Aracil y la palabra de G¨®mez crean un nuevo 'Pr¨®spero'
El Festival de Almagro rescata el monodrama
Pr¨®spero es demiurgo, mago que maneja truenos y rayos, padre sol¨ªcito, anciano enfermo y demente. Jos¨¦ Luis G¨®mez supo representar a todos estos personajes en uno y embelesar al p¨²blico que llen¨® el Corral de Comedias de Almagro el pasado martes. Pr¨®spero: Scena, uno de los platos fuertes del Festival de Teatro Cl¨¢sico de la ciudad manchega, que obtuvo largos y calurosos aplausos, es la suma de la m¨²sica de Alfredo Aracil y el texto de Sanchis Sinisterra.
El espect¨¢culo es un monodrama con m¨²sica compuesta por Alfredo Aracil y texto de Jos¨¦ Sanchis Sinisterra quien, a su vez, se basa en La tempestad, de Shakespeare. Jos¨¦ Luis G¨®mez, director del Teatro de la Abad¨ªa, comparti¨® escenario con siete m¨²sicos, bajo la batuta de Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, y un coro de tres voces que a veces se convert¨ªan en los esp¨ªritus de la isla en la que naufrag¨® Pr¨®spero y, otras, cantaban retazos del texto del dramaturgo ingl¨¦s."En la obra aparece un peque?o fragmento musical de siete compases que encontr¨¦ en un libro esot¨¦rico del siglo XVI, De naturae simia, de Robert Fludd, seguidor de la Orden de la Rosa Cruz. En el tratado hay un grabado en el que puede leerse esta composici¨®n a tres voces", explica Aracil. El compositor se top¨® con el texto M¨ªsero Pr¨®spero, de Sanchis Sinisterra, y trabaj¨® con el autor para convertirlo en un monodrama, un g¨¦nero dieciochesco para actor y m¨²sica en el que la partitura es "un personaje dram¨¢tico m¨¢s".
"Hemos convertido a Pr¨®spero en un anciano ciego que cree tener poderes para manejar la naturaleza a su antojo. No se sabe si es un demiurgo o un pobre loco", comenta Aracil, que estren¨® esta ¨®pera de c¨¢mara en 1994 en el Teatro Almeida de Londres; desde entonces s¨®lo se ha representado completa una vez, en octubre de 1999 en Madrid.
"Los compositores estamos acostumbrados a trabajar mucho y a que las obra apenas se interpreten, eso no nos limita. Cuando compongo lo hago con la libertad m¨¢s absoluta. La pieza es osada porque rezuma emoci¨®n y para ciertas vanguardias eso est¨¢ pasado de moda", apunta Aracil.
La emoci¨®n, el di¨¢logo entre m¨²sica y palabra, es precisamente lo que sorprendi¨® a las 350 personas que llenaron el famoso corral del siglo XVI. "El texto est¨¢ escrito en un hermoso castellano y cargado de poes¨ªa. Es una peque?a ¨®pera hablada. Trabajar con una orquesta te obliga a un tempo y un comp¨¢s, a una musicalizaci¨®n de la palabra", asegura Jos¨¦ Luis G¨®mez, que sale a escena envuelto en una especie de chal negro, un trozo de tela que a veces parece un descuidado trapo y otras, una imponente capa de mago.
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