Danzando con las tribus

En una noche fr¨ªa, m¨¢s primaveral que veraniega, la m¨²sica de este combo multinacional tard¨® un buen rato en hacer que los cuerpos se calentaran y se dispusieran al baile. Quiz¨¢ fuera porque, examinando la formaci¨®n de la banda facilitada, faltaban los nombres b¨¢sicos, los m¨¢s importantes en su historia y que han dado al grupo una personalidad y un modo de hacer que les distingui¨® desde los inicios de sus andaduras por los clubes londinenses del resto de los grupos de baile o world music.Por eso y por lo excesivo de los samplers utilizados en el concierto, por los que el espectador llega a preguntarse varias veces sin conocer la respuesta cu¨¢ntos instrumentos que suenan hay que sumar a los que los m¨²sicos tocan en escena, la sensaci¨®n inicial no fue en exceso encendida. Arrancaban, eso s¨ª, con Mouth wedding, uno de los temas de su disco m¨¢s interesante, Psychic karaoke, con lo que se supo al instante que eran ellos; o, por lo menos, sus canciones.

La actuaci¨®n de Transglobal Underground, mezcla de mil y un mestizajes en los que las percusiones, el rap y las melod¨ªas de muchas etnias juegan los papeles fundamentales, fue incrementando in crescendo, a medida que tomaban las riendas el vocalista masculino Godfrey Duncan y la cantante surafricana Doreen Webster.

Menci¨®n especial hay que hacer a la labor de la int¨¦rprete de sitar Sheema Mukherjee, quien tambi¨¦n contribuy¨® con danzas y percusiones a dotar al ambiente de m¨¢s exotismo si cabe.

Entre el repertorio interpretado, resaltar la cl¨¢sica Temple Head, Farip, tema donde dan rienda suelta a su vena ar¨¢biga, y la en¨¦rgica Ali Mullah. Canciones ¨¦stas que lograron que en la parte final del concierto el p¨²blico se dejara llevar por la intenci¨®n de la mixtura sonora creada por el grupo: la sacudida tribal de quienes, perteneciendo al entorno urbanita, sue?an por unos segundos que danzan con todas las tribus que estos viajeros musicales han ido conociendo e incorporando a su sonido.

Transglobal Underground volvieron a regalar una hermosa noche al p¨²blico madrile?o, que los ha disfrutado ya varias veces en su historia. Pero eso no despeja la duda planteada: ?a qu¨¦ Transglobal Underground se vio la otra noche?