Calder¨®n con morcillas
La Muralla ?rabe adereza las representaciones teatrales con cenas, disfraces y tarot
Un c¨®ctel hace furor en las noches estivales de la regi¨®n. Se llama Muralla ?rabe y est¨¢ fabricado con fantasmas, disfraces, alimentos de nombres rimbombantes y teatro, mucho teatro, de Calder¨®n de la Barca (una obra completa y dos entremeses), ahora que se cumple el cuarto centenario de su nacimiento. "El ¨¦xito de la Muralla est¨¢ en la manera de acercar a la gente al teatro; puedes estar comi¨¦ndote una morcillita mientras presencias una obra poco conocida, dif¨ªcil, en verso, de Calder¨®n, y eso ayuda", reconoce uno de los art¨ªfices de este montaje veraniego, Eugenio Cano.Nada m¨¢s entrar en el recinto, por ejemplo, el espectador se topa con fantasmas del siglo XVII, en vez de con el t¨ªpico acomodador de cara larga y aburrimiento indisimulado. "Somos fantasmas del pasado que estamos penando y no descansaremos hasta que terminemos una misi¨®n; la m¨ªa es acabar con el agua de un barril y el p¨²blico me ayuda", se presenta el ga?¨¢n, al que pone cuerpo y ripios Paco Churruca. Entonces, ofrece un botijo al personal, que algunos rechazan porque prefieren vino o dudan de su potabilidad. A la cofrad¨ªa fantasmag¨®rica tambi¨¦n pertenecen un criado que prendi¨® fuego al alc¨¢zar de la plaza de Oriente y ahora necesita que la gente le encienda un candil; una mujer que muri¨® por amor o un donju¨¢n en busca de mujeres entre el auditorio. Eso s¨ª, que no cunda el agobio entre los que prefieren ver teatro -y cenar- sin fantasmas al acecho: la santa compa?a se los lleva poco antes de empezar la representaci¨®n.
Este a?o ocupa el escenario principal El gal¨¢n fantasma, de Calder¨®n, una comedia de capa y espada, con los lances, equ¨ªvocos, humor, drama y final feliz, por supuesto. Los espectadores tradicionales, o sea, de butaca y silencio, sin m¨¢s, presencian la representaci¨®n, ajenos a la parafernalia. Pero los que persiguen un divertimento distinto tienen una ocasi¨®n ¨²nica de gozar de Calder¨®n al tiempo que se trasiegan un bocadillo de jam¨®n o un whisky. Tambi¨¦n hay gazpacho, morcilla de Burgos y tortilla espa?ola para dar lustre gastron¨®mico al Siglo de Oro.
Los m¨¢s audaces disponen de un par de vestidores cargados de disfraces: de mesonera a Mickey Mouse o trajes de sevillanas. Sonia Fr¨ªas, al frente del vestuario femenino, remarca que las mujeres son m¨¢s atrevidas. "Lo primero que reclaman son los trajes de mesonera medieval y los de princesa, y luego tiran por los m¨¢s originales, como los de geisha o ba?ista", comenta. Incluso, cuando se agota el vestuario femenino, recurren al masculino y se visten de mosquetero o caballero andante. Disfrazarse es gratis, lo mismo que enterarse del porvenir en las casetas de los adivinos.
El gal¨¢n fantasma. Muralla ?rabe (cuesta de la Vega, s/n). Hasta el 27 de agosto, a las 22.00 horas. Precio: 2.500 pesetas.
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