Bochorno nuclear
El Reino Unido acepta repatriar de Jap¨®n un cargamento de plutonio que entreg¨® sin controles de seguridad
Un viaje de ida, vuelta y revuelta. La central nuclear nipona de Kansai Electric envi¨® el a?o pasado sus basuras radiactivas a la planta nuclear brit¨¢nica de Sellafield -especializada en el reciclado de residuos at¨®micos-, que tiempo despu¨¦s los reembarc¨® rumbo a Jap¨®n. El fraude tard¨® poco en ser descubierto: la falta de aut¨¦nticos controles de seguridad, as¨ª como de personal cualificado para supervisarlos, favoreci¨® la falsificaci¨®n de los documentos que acompa?aban el env¨ªo.Incapaz de convencer a sus colegas nipones de que los residuos at¨®micos que le encargaron limpiar estaban en perfecto estado, British Nuclear Fuels -la compa?¨ªa que gestiona dicha energ¨ªa y las centrales que la producen en el Reino Unido- deber¨¢ indemnizar con 40 millones de libras (11.000 millones de pesetas) a la planta japonesa y correr con los gastos de repatriaci¨®n.
Cuando el combustible nuclear est¨¢ sucio, es disuelto en ¨¢cido n¨ªtrico caliente para poder separar sus tres componentes esenciales: plutonio, uranio y residuos radiactivos. Una vez reducido a polvo, el uranio puede usarse de nuevo en los reactores. El plutonio suele mezclarse con uranio hasta conseguir un producto denominado mox y presentado como la salvaci¨®n de la industria nuclear porque es m¨¢s barato. Los restos radiactivos son pulverizados y almacenados hasta que el cliente los reclame, compromiso que adquiere en el contrato, aunque sin especificar fecha. Lo malo es que el plutonio sirve tambi¨¦n para fabricar bombas at¨®micas, y cargas como la japonesa viajan por v¨ªa mar¨ªtima expuestas a la pirater¨ªa de los terroristas nucleares.
Enfrentada a la realidad, British Nuclear Fuels admiti¨® en septiembre pasado el fraude, pidi¨® disculpas y envi¨® a sus mejores hombres a Jap¨®n para negociar un arreglo. Suiza y Alemania, los otros dos clientes mayoritarios de Sellafield, cancelaron, por su parte, sus respectivos contratos de reciclado nuclear. Espa?a, Suecia, Italia, Holanda y Canad¨¢ prefieren esperar.
Con todos los grupos ecologistas brit¨¢nicos m¨¢s en contra que nunca y casi un conflicto diplom¨¢tico anglo-nip¨®n entre manos, el Gobierno laborista paraliz¨® una vez m¨¢s sus planes de privatizaci¨®n de un 49% de la compa?¨ªa. De nada sirvi¨® que la direcci¨®n recordara los 2.000 millones de libras anuales de beneficios (550.000 millones de pesetas) que obtiene con sus actividades y que emplea a 16.000 trabajadores.
Teniendo en cuenta lo dif¨ªcil que resulta gestionar un negocio tan poco popular como el de los desechos t¨®xicos, a British Nuclear Fuels le costar¨¢ superar este golpe, uno de los m¨¢s bochornosos de sus 44 a?os de historia. El f¨¦rreo control de las labores en plantas como Sellafield es la mejor propaganda para una empresa que presume de estar siempre alerta. Pero este principio se vulner¨® en el caso de Jap¨®n, que firm¨® un contrato para que trataran una carga de combustible nuclear y se encontr¨® con que no pod¨ªa aprovechar el plutonio que le devolv¨ªan los expertos brit¨¢nicos al no contar con las debidas garant¨ªas.
Pero las cosas no acaban aqu¨ª. A pesar de que Norman Askew, el director ejecutivo, ha asegurado que el pacto servir¨¢ para recuperar las actividades con contratos valorados en 4.000 millones de libras, devolver el cargamento al Reino Unido ser¨¢ muy delicado.
British Nuclear Fuels asegura que los barcos llenos de mox son los m¨¢s protegidos de los oc¨¦anos. La polic¨ªa de a bordo porta rifles, m¨¢scaras de gas y granadas. La nave misma dispone de un casco doble y va provista de ca?ones. Las escotillas que comunican con los contenedores est¨¢n selladas para evitar asaltos y no hay gr¨²as con que levantarlos. En conjunto, una pesadilla para organizaciones como Greenpeace, que ha calificado el pacto con Kansai Electric como el peor posible. Seg¨²n los ecologistas, la demanda de mox es limitada y cubrirla no compensa por los enormes problemas de seguridad que acarrea. M¨¢s tranquilo por la resoluci¨®n del conflicto, el Gobierno brit¨¢nico ha utilizado un s¨ªmil muy apropiado para expresar su alivio. "Por fin se ha disipado la nube que oscurec¨ªa las relaciones con Tokio", ha dicho el Ministerio de Comercio e Industria.
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