La ecuaci¨®n de la corrupci¨®n ANT?N COSTAS
En los ¨²ltimos d¨ªas han vuelto a aparecer noticias diversas reclamando mayor transparencia en la vida p¨²blica. La OCDE advierte de que el exceso de burocracia y la falta de transparencia alientan la corrupci¨®n en Espa?a, a la vez que el Tribunal de Cuentas pide cambios en la financiaci¨®n de los partidos. Los partidos pol¨ªticos catalanes estudian, por su parte, firmar una especie de c¨®digo ¨¦tico sobre autolimitaci¨®n y transparencia de los gastos electorales, as¨ª como dar publicidad a las aportaciones recibidas. Por ¨²ltimo, para no cansarles, las empresas constructores ped¨ªan hace unos d¨ªas que la concesi¨®n de obras p¨²blicas sea transparente.?Por qu¨¦ nos debe preocupar la transparencia? Porque el secretismo en la vida p¨²blica es una de las fuentes m¨¢s importantes de corrupci¨®n. Hay una forma f¨¢cil e intuitiva para predecir el grado de corrupci¨®n en un pa¨ªs mediante la ecuaci¨®n C=M+D-T. Esta ecuaci¨®n nos dice que el nivel de corrupci¨®n (C) ser¨¢ tanto mayor cuanto m¨¢s elevado sea el grado de monopolio (M) y el grado de discrecionalidad (D) que tienen las autoridades y los funcionarios a la hora de tomar decisiones. Y, por el contrario, la corrupci¨®n ser¨¢ tanto menor cuanto mayor sea el grado de transparencia (T) de la vida p¨²blica.
El grado de monopolio es a¨²n muy elevado en nuestro pa¨ªs. No me refiero s¨®lo a las grandes empresas de servicios p¨²blicos que act¨²an como monopolios legales, sino a todas aquellas actividades que aparentemente no son monopolios pero que act¨²an como tales: las funerarias, los registradores de la propiedad, la gasolineras, las empresas que realizan la inspecci¨®n t¨¦cnica de veh¨ªculos (ITV), las farmacias, las concesionarias de autom¨®viles y otras muchas. Actuando en muchos casos en connivencia con las autoridades, esos monopolios de hecho fijan precios abusivos, limitan la competencia y las opciones de los consumidores, y reducen su bienestar. Lo mismo sucede con la discrecionalidad: ?qui¨¦n sabe por qu¨¦ se concede o deniega una subvenci¨®n, una beca o una ayuda p¨²blica?, ?cu¨¢les son las razones para autorizar una recalificaci¨®n urban¨ªstica y negarla en otros casos? El secretismo y la discrecionalidad favorecen la corrupci¨®n.
La falta de transparencia es el tercer factor de la ecuaci¨®n de la corrupci¨®n. En particular, la falta de transparencia de las cuentas de los partidos. La financiaci¨®n oculta de los partidos es uno de los factores m¨¢s importantes en el aumento de la oferta de corrupci¨®n. A todos los niveles: nacional, auton¨®mico y, principalmente, local. ?C¨®mo podemos acabar con esa pr¨¢ctica? Una soluci¨®n aparentemente f¨¢cil es la crimininalizaci¨®n de las conductas corruptas. Es una soluci¨®n f¨¢cil pero errada. Pretender acabar con la financiaci¨®n ilegal de los partidos prohibiendo y penalizando las conductas corruptas es como querer acabar con la prostituci¨®n prohibi¨¦ndola.
La corrupci¨®n que se origina en la financiaci¨®n ilegal s¨®lo se acabar¨¢ cuando se limiten los gastos y se aumenten los ingresos de los partidos. El coste p¨²blico de la pol¨ªtica democr¨¢tica en Espa?a no es elevado. Pero despu¨¦s de dos d¨¦cadas de fuerte incremento de los fondos p¨²blicos dedicados a la financiaci¨®n de los partidos, no es posible pensar que sea por este lado por donde venga la soluci¨®n. El camino es la financiaci¨®n privada pero transparente.
Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs que proh¨ªbe, de hecho, la financiaci¨®n privada de los partidos mediante donaciones. En otros pa¨ªses, no s¨®lo se admiten, sino que adem¨¢s se incentivan fiscalmente. Pero, a cambio, se las somete a un r¨¦gimen de transparencia total. Esa pr¨¢ctica incentiva la corresponsabilidad de la sociedad en la vida y en el control de los partidos. Aqu¨ª, por el contrario, la desconfianza en la financiaci¨®n privada aleja a los partidos de la sociedad y los arroja en las manos de la financiaci¨®n privada no transparente y corrupta. No se trata, por tanto, de acusar y criminalizar a los pol¨ªticos, sino de contribuir entre todos a cambiar el recelo que existe en nuestro pa¨ªs hacia la financiaci¨®n privada y transparente de los partidos. S¨®lo de esta forma podremos consolidar un modelo mixto de financiaci¨®n p¨²blica y privada de los partidos, homologable al existente en el resto de los pa¨ªses europeos.
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