Un tesoro de literatura teatral
Un centro dependiente de la Junta alberga en Sevilla la gran biblioteca del dramaturgo granadino Jos¨¦ L¨®pez Rubio
Guionista en Hollywood
Hubo una vez otra generaci¨®n del 27. No la formaban poetas, sino dramaturgos. Miguel Mihura, Enrique Jardiel Poncela, Jos¨¦ L¨®pez Rubio y Edgar Neville fueron algunos de sus integrantes. Basta citar sus nombres o conocer algunas de sus obras teatrales (Tres sombreros de copa, de Mihura, La vida en un hilo, de Neville, o Celos del aire, de L¨®pez Rubio) para darse cuenta del derroche de talento e inteligencia de esta otra generaci¨®n del 27. L¨®pez Rubio (Motril, Granada, 1903-Madrid, 1996) no s¨®lo fue uno de los grandes comedi¨®grafos de su ¨¦poca. Tambi¨¦n atesor¨® una espl¨¦ndida biblioteca sobre el hecho teatral. El Centro de Documentaci¨®n de las Artes Esc¨¦nicas de Andaluc¨ªa, que depende de la Consejer¨ªa de Cultura y est¨¢ ubicado en Sevilla, adquiri¨® esta biblioteca en 1992.Se trata de 1.723 vol¨²menes que muestran el permanente inter¨¦s del escritor granadino por todo lo que tuviera que ver con el teatro. L¨®pez Rubio fue muchas cosas en su vida. Fue un joven que se lanz¨® a conquistar el Hollywood de los a?os treinta junto a Neville y Jardiel Poncela. Fue tambi¨¦n uno de los dramaturgos m¨¢s importantes de la posguerra. Su obra maestra, Celos del aire (1950), suele reestrenarse cada cierto tiempo.
Su inventiva, su ingenio, su castellano admirable y su sentido del humor contribuyeron a convertirlo en uno de los autores teatrales que han entrado en la Real Academia Espa?ola. Y, adem¨¢s, fue un hombre profundamente interesado por el hecho esc¨¦nico. Su gran biblioteca sobre teatro era famosa en su ¨¦poca.
"Es una biblioteca que ofrece una panor¨¢mica del teatro universal. Destacan las ediciones de Goldoni, Moli¨¨re, Morat¨ªn, V¨ªctor Hugo, Calder¨®n", explica la directora del Centro de Documentaci¨®n de las Artes Esc¨¦nicas de Andaluc¨ªa, Lola Vargas-Z¨²?iga.
Una de las joyas del fondo son los nueve vol¨²menes de las obras teatrales de Carlo Goldoni. Son las obras m¨¢s antiguas y datan de 1775. Hay tambi¨¦n ocho tomos de obras completas de Moli¨¨re, de 1778; unas obras de Leandro Fern¨¢ndez de Morat¨ªn, de 1834; cuatro vol¨²menes con las obras teatrales de V¨ªctor Hugo, de 1861; y las obras de Corneille, de 1862.
El fondo est¨¢ catalogado e informatizado a disposici¨®n de los usuarios. L¨®pez Rubio fue un hombre culto, con una vida muy activa. Su paso por el Hollywood de los a?os treinta, donde se dedic¨® a escribir guiones de cine para pel¨ªculas en espa?ol, le dej¨® un poso profundo y un decidido inter¨¦s por la literatura anglosajona. En la biblioteca hay unas 400 obras en franc¨¦s y alrededor de 300 en ingl¨¦s. El autor de Motril no se qued¨® en la mera recopilaci¨®n de cl¨¢sicos. Era un hombre interesado por todo lo que se hac¨ªa en los escenarios del mundo. La Espa?a pacata y provinciana de la posguerra no era el terreno m¨¢s adecuado para conocer lo que se fraguaba en los escenarios de Par¨ªs o Nueva York. L¨®pez Rubio buscaba, pues, las obras en su lengua original.
Entre sus libros hay obras teatrales que ya son leyenda. Una edici¨®n de A street car named desire (Un tranv¨ªa llamado deseo), fechada en Nueva York en 1947, luce en la biblioteca. Una de sus p¨¢ginas da cuenta de su estreno en el Barrymore Theatre de Nueva York en 1947 bajo la direcci¨®n de Elia Kazan y con Marlon Brando y Karl Malden en los papeles que el cine hizo inolvidables.
Eugene O'Neill, Thornton Wilder, J. B. Priestley o Bernard Shaw son algunos de los grandes dramaturgos del siglo XX en lengua inglesa cuyas obras ley¨® con inter¨¦s devorador L¨®pez Rubio. Obras teatrales tan importantes como The skin of our teeth (La piel de nuestros dientes), de Thornton Wilder; An inspector calls (Llama un inspector), de J. B. Priestley; Strange interlude(Extra?o interludio), de Eugene O'Neill; o Man and Superman (Hombre y Superhombre), de Bernard Shaw, brillan en su biblioteca en sus ediciones originales.
L¨®pez Rubio fue tambi¨¦n un dramaturgo que traspas¨® fronteras. Su obra fue traducida al ingl¨¦s. En los fondos del Centro de Documentaci¨®n de las Artes Esc¨¦nicas destaca una edici¨®n fechada en 1970 en Nueva York que re¨²ne cuatro obras de autores espa?oles (El concierto de San Ovidio, de Antonio Buero Vallejo; Escuadra hacia la muerte, de Alfonso Sastre; La venda en los ojos, de Jos¨¦ L¨®pez Rubio; y La barca sin pescador, de Alejandro Casona).
"Tambi¨¦n destaca el centenar de revistas espa?olas, hispanoamericanas, inglesas, alemanas e italianas que reuni¨®. Y, sobre todo, hay un fondo documental que resalta una de las facetas menos conocidas de L¨®pez Rubio: la de investigador", se?ala Vargas-Z¨²?iga. El escritor granadino centr¨® su af¨¢n estudioso en dos l¨ªneas: la historia de los teatros de Madrid y "los comediantes y comediantas de los siglos XIX y XX".
El fondo recoge, adem¨¢s, "rese?as de los principales estrenos teatrales, noticias de prensa con comentarios del propio dramaturgo en los m¨¢rgenes y programas de mano". Hay asimismo entre los fondos de la biblioteca algunas obras mecanografiadas del escritor Agust¨ªn G¨®mez Arcos, un dramaturgo que tuvo que irse a Francia para triunfar.
Un hombre del Renacimiento
El mal de Alzheimer fue minando el cerebro de Jos¨¦ L¨®pez Rubio hasta acabar con ¨¦l en 1996. La que fuera una mente aguda, con un sentido del humor afilado como una cuchilla, fue desintegr¨¢ndose como si el orden y el equilibrio anteriores hubieran indignado a la naturaleza. Porque lo cierto es que L¨®pez Rubio fue uno de esos hombres que trascienden el campo art¨ªstico en el que asientan sus dominios para interesarse por todo lo que les rodea. El escritor granadino trabaj¨® en el mundo del cine -nada menos que en Hollywood y para dos productoras legendarias: la Metro y la Fox-, fue uno de los maestros de la comedia espa?ola y tambi¨¦n ocup¨® parte de su tiempo en tareas de investigaci¨®n sobre el teatro. La directora del Centro de Documentaci¨®n de las Artes Esc¨¦nicas de Andaluc¨ªa, Lola Vargas-Z¨²?iga, define a L¨®pez Rubio como "un hombre del Renacimiento".Uno de los episodios m¨¢s interesantes de su vida es su paso por Hollywood, que marc¨® su talante liberal. L¨®pez Rubio debut¨® como autor teatral con De la noche a la ma?ana (1929), una obra escrita en colaboraci¨®n con Eduardo Ugarte. L¨®pez Rubio viaj¨® poco despu¨¦s con Ugarte a Hollywood, donde colabor¨® en la realizaci¨®n de varios guiones de cine. El escritor granadino desarroll¨® una intensa labor en los estudios de la Metro y la Fox. L¨®pez Rubio, Neville y Jardiel Poncela dieron dignidad a la producci¨®n cinematogr¨¢fica en espa?ol que se hac¨ªa en Hollywood.
Se trataba de versiones hispanas de pel¨ªculas en ingl¨¦s. L¨®pez Rubio logr¨® que la Fox buscase temas propios para las producciones en espa?ol. Luego, tras la guerra civil, vino su triunfo en las tablas espa?olas con obras como la c¨¦lebre Celos del aire, Las manos son inocentes, La otra orilla y La venda en los ojos. Y m¨¢s tarde lleg¨® la enfermedad y, con ella, la decadencia de una mente l¨²cida.
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