La noche de Madredeus
Los conciertos del grupo Madredeus comportan siempre una est¨¦tica nada casual, m¨¢s bien al contrario: meditada y estructurada, totalmente conseguida a lo largo de la d¨¦cada larga que llevan pisando escenarios europeos. Una est¨¦tica que nunca hab¨ªa brillado tanto en Barcelona como en su actuaci¨®n del s¨¢bado por la noche en el Teatre Grec de Montju?c. La semioscuridad en que les gusta moverse, el dominio del color negro en las vestimentas y la inmovilidad casi irritante de los cinco m¨²sicos se enmarcaban perfectamente en el escenario del anfiteatro barcelon¨¦s al aire libre, con el fondo de piedra tenuemente iluminada y el verde de ¨¢rboles y arbustos abri¨¦ndose paso en su cima.Teresa Salgueiro y sus cuatro c¨®mplices luc¨ªan majestuosos en este entorno al que s¨®lo falt¨®, para completar el id¨ªlico cuadro, la luz de una luna escondida entre nubarrones de un negro amenazante, que, en solidaridad con el acontecimiento, ya que de acontecimiento debe hablarse, no llegaron a descargar.
Madredeus
Teatre Grec. Barcelona, 15 de julio.
A esa imagen id¨ªlica hace falta a?adir una sonorizaci¨®n magn¨ªfica, transparente como pocas veces, un p¨²blico c¨®mplice que llen¨® el anfiteatro y que hab¨ªa agotado las localidades varios d¨ªas antes del concierto, una temperatura especialmente agradable para la ¨¦poca estival y, por supuesto, una m¨²sica envolvente y seductora, casi hipn¨®tica. Una m¨²sica interpretada esa noche con una contagiosa proximidad, trabajada a partir, precisamente, del aparente distanciamiento de los m¨²sicos.
Fue la noche de Madredeus, que culminaron con esta actuaci¨®n su carrera ascendente en Barcelona. Posiblemente su mejor concierto en la ciudad en estos 10 a?os que llevan visit¨¢ndonos con regularidad.
En el Teatre Grec se mezclaron las canciones de siempre con temas nuevos que posiblemente conformen su pr¨®ximo disco. Altas dosis de melancol¨ªa compartida, sazonada con una cierta sensualidad y arropada por una m¨²sica penetrante que bebe tanto de la tradici¨®n popular del fado -es imposible no pensar en el fado, aunque los integrantes del grupo quieran alejarse cada vez m¨¢s de esas connotaciones- como de un minimalismo contempor¨¢neo mucho m¨¢s intelectualizado.
Una m¨²sica suave, a caballo de muchas m¨²sicas, que encuentra, una vez m¨¢s, su mejor y m¨¢s contundente baza en la soberbia voz de Teresa Salgueiro.
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