Graves divisiones en el Gobierno franc¨¦s ante el di¨¢logo con los nacionalistas corsos
El Ejecutivo franc¨¦s recibe hoy en Par¨ªs a una representacion de la Asamblea regional corsa. Sobre el papel, deber¨ªan llegar a un acuerdo para incluir la ense?anza del corso en la escuela primaria, mantener por un tiempo los privilegios fiscales de los que se beneficia la isla en todo lo referido a la transmision del patrimonio y ciertas tasas, garantizar que el Gobierno central proteger¨¢ a los corsos ante ciertas exigencias de la Comision Europea, regular las inversiones del Estado en C¨®rcega y hacerlo a trav¨¦s de un plan a 15 a?os vista.Todo esto, sobre el papel. En la pr¨¢ctica, el Gobierno de Lionel Jospin se halla muy dividido. Ha bastado con que se hablase de "devoluci¨®n controlada y compartida del poder legislativo" para que el jacobino ministro del Interior, Jean-Pierre Chev¨¨nement, haya puesto el grito en el cielo. "Eso significa que Francia puede volver a ser un patchwork compuesto de leyes corsas, bretonas, vascas, etc. Eso equivale a un retorno al antiguo r¨¦gimen". Chev¨¨nement acepta "la devoluci¨®n del poder de reglamentaci¨®n, pero en modo alguno el de legislar", y denuncia que, ante la presi¨®n violenta de los nacionalistas, "se quiere comprar la paz. Y basta con mirar lo que ocurre en el Pa¨ªs Vasco espa?ol, aut¨®nomo desde hace 20 a?os y donde ETA acaba de cometer su 775? asesinato". Para el ministro, "el ajuste de cuentas y la extorsi¨®n son el marco de la corsican way of life".
Chev¨¨nement ondea la bandera republicana, y tras ¨¦l se han situado ya los ministros de Agricultura, Jean Glavany; de Ense?anza Profesional, Jean-Luc Melenchon, y el comunista Jean-Claude Gayssot. Favorable a la autonom¨ªa corsa s¨®lo se ha dejado o¨ªr la voz de Jack Lang. El diputado nacionalista Jean-Guy Talamoni "ha puesto a Lionel Jospin y Jacques Chirac ante sus responsabilidades", intentando explotar la desuni¨®n y enfrentar tambi¨¦n las dos cabezas del poder. Jospin, por su parte, ha querido asociar al debate corso a ministros como Hubert V¨¦drine (Exteriores) y Pierre Moscovici (Asuntos Europeos) para dejar a los disidentes en minor¨ªa y lograr que se adopte, colegiadamente, una actitud que no sirva ma?ana de justificaci¨®n para un retorno del nacionalismo corso a la violencia.
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