La sombra de Camp David planea sobre la cumbre

La participaci¨®n de Bill Clinton en la cumbre del G-8 que empieza hoy en Nago (Okinawa) estuvo hasta el ¨²ltimo minuto rodeada de gran incertidumbre por el dram¨¢tico desarrollo de las negociaciones de Camp David. El primer ministro japon¨¦s, Yoshiro Mori, tan necesitado de prestigio fuera y dentro del pa¨ªs, ha invertido en el presidente de EE UU como valor seguro para el ¨¦xito de una reuni¨®n que le ha costado a Tokio 900 millones de d¨®lares (16.200 millones de pesetas).Clinton ten¨ªa previsto llegar la pasada madrugada a Okinawa con el susto a¨²n en el cuerpo tras salvar in extremis la reuni¨®n entre Yasir Arafat y Ehud Barak. El presidente tuvo que cancelar la etapa inicial en Tokio para entrevistarse con Mori y con los representantes del llamado Grupo de los 77 (G-77), que integran los pa¨ªses menos desarrollados. Fue reemplazado por el secretario del Tesoro, Larry Summers.

En un principio, se especul¨® con la posibilidad de que Clinton optara por no viajar a Okinawa para seguir en Camp David y que fuese Madeleine Albright quien representara al presidente en su ¨²ltima participaci¨®n en un G-8. Albright hab¨ªa sido a su vez sustituida por el n¨²mero dos del Departamento de Estado, Strobe Talbott, quien represent¨® a su pa¨ªs en la reuni¨®n preparatoria de ministros de Exteriores, celebrada la semana pasada en Miyazaki, al sur de la isla de Kyushu.

Con la presencia de Clinton, el Gobierno japon¨¦s se siente aliviado ante una cumbre que en principio no anticipa notables resultados ni tiene grandes temas sobre la mesa. Sus colegas tendr¨¢n informaci¨®n de primera mano sobre Camp David y no es de descartar que sea precisamente el futuro de Oriente Pr¨®ximo lo que domine las discusiones. Jap¨®n ya ha anticipado que va a incrementar la ayuda econ¨®mica a los palestinos mientras que la UE, principal donante de fondos a los palestinos, aguarda el resultado de la interminable cumbre de la paz.