Bloodhound Gang pone la diversi¨®n

Con una temperatura m¨¢s baja y agradable, la segunda jornada del festival transcurri¨® por par¨¢metros de placidez y sin que, hasta eso de la medianoche, se viera a mucha m¨¢s gente ante los diversos escenarios. La organizaci¨®n, sin embargo, se encarg¨® de repetir de modo insistente que la cifra de asistentes al festival a las ocho de la tarde hab¨ªa sido de 14.000 personas. Aparte de esta cuesti¨®n, no hay que rese?ar incidentes, ni la Cruz Roja tuvo que esforzarse demasiado, ni se acab¨® la bebida ni la comida. En cuanto a lo musical, resaltar las actuaciones de los mexicanos Molotov, por la tarde y en el escenario grande, y los punks Guano Apes, que consiguieron uno de los hitos de la tarde: hacer que buena parte del p¨²blico que se hab¨ªa acercado a escuchar al brit¨¢nico Paul Weller saliera huyendo del repertorio mon¨®tono, sin concesiones y tocado con la altivez y la soberbia de los pr¨ªncipes del ex Jam y ex Style Council y fuera al escenario de la marcha, el Bufalo Space, a buscar sacudidas el¨¦ctricas. Weller parece condenado a ejecutar perfectamente un estilo y carecer, sin embargo, de un solo sencillo recordable.

A las imposibles primeras horas de costumbre se presentaron grupos de atractivo ineludible como los franco-magreb¨ªes Zebda o los brit¨¢nicos Hefner, considerados una de las bandas del rock del momento. Por la tarde, el barcelon¨¦s Dani Nel¡¤lo daba una buena raci¨®n de rock canalla, mestizo y buscavidas, los asturianos Manta Ray pon¨ªan el punto experimental a su rock de aire intelectual y los tambi¨¦n catalanes 7 Notas 7 Colores lucieron su hip hop callejero y su morro deslenguado.

Pero la aut¨¦ntica diversi¨®n de la jornada la trajo el grupo m¨¢s gamberro de Pensilvania: el quinteto Bloodhound Gang, quienes, liderados por su cantante Jimmy Pop, abrieron todo un ba¨²l de recursos extramusicales para suplir sus carencias instrumentales y le echaron una soltura altamente gratificante. De momento, tras ellos hab¨ªa un enorme letrero en el que figuraba un enorme logotipo de Metallica tachado y, justo debajo, el de Bloodhound Gang en letras no menos grandes. Jimmy Pop, que cada vez canta m¨¢s parecido al llorado Ian Dury, y sus secuaces no dejaron t¨ªtere con cabeza: invit¨® a un mont¨®n de jovencitas a que subieran al escenario a besarse para que les regalara "una camiseta de Ani Difranco", se mofaron de Marylin Manson y Depeche Mode, se disfrazaron de los ?o?os N'Syne para realizar una coreograf¨ªa, besaron en la boca a un sorprendido espont¨¢neo y retaron a otro a beberse una caja entera de botes de refresco a lo largo del show, a cambio 100 d¨®lares; lanzaron ordinarieces pol¨ªticamente incorrect¨ªsimas y groser¨ªas enormes, pero muy de agradecer entre tanta formalidad general. Musicalmente, como siempre: cuanto menos toquen ellos y m¨¢s samplers utilicen, mejor. Pero, como plato fuerte para hacer que la gente recupere la vida en un macroconcierto, hay que reconocerlo: son lo m¨¢s indicado.

Como fin de fiesta, el grupo de teatro Els Comediants celebr¨® un espect¨¢culo con pasacalles de demonios, brujas y antorchas, coronado por fuegos artificiales.