La ruta de Zapatero no es la senda de Borrell
El nuevo l¨ªder inicia el camino pactando con quienes fraguan mayor¨ªas
No ha sido el cierre de una vieja etapa, sino el comienzo de una etapa nueva. Lo dijo Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en su primer discurso como secretario general, y no parece una frase ret¨®rica para consolar a dirigentes de ¨¦pocas pasadas sino la expresi¨®n de una voluntad de conciliar pasado y futuro. Es decir, de tener respeto a la historia reciente pero sin sujeci¨®n a ataduras. Rodr¨ªguez Zapatero est¨¢, pues, en condiciones de representar no s¨®lo una aut¨¦ntica renovaci¨®n de cara a los ciudadanos, sino un potencial de aut¨¦ntico liderazgo, de superaci¨®n de una l¨®gica dominada por la rivalidad entre familias y la componenda entre cuotas territoriales.La victoria de Jos¨¦ Bono habr¨ªa transmitido esa tranquilidad que inspiran las personas con experiencia, pero el ¨¦xito de Rodr¨ªguez Zapatero no es lo que cabalmente podr¨ªa llamarse un experimento. Las coincidencias con la irrupci¨®n en el territorio del liderazgo nacional de Jos¨¦ Borrell, el otro dirigente socialista que derrot¨® electoralmente a un rival apoyado por el n¨²cleo de poder del PSOE, son casi inexistentes. En aquellas primarias, Bono y Chaves, entre otros, hab¨ªan hecho campa?a para que perdiera quien finalmente gan¨®. Ahora, Bono era candidato a ganar, pero tras la derrota, su hombre de m¨¢xima confianza y secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, est¨¢ en la ejecutiva federal, y Chaves ha aceptado, a petici¨®n de un candidato por el que no hab¨ªa apostado, nada menos que ser presidente del partido.
El nuevo secretario general del PSOE ha formado parte durante una d¨¦cada del aparato de ese partido, aunque haya sido en el ¨¢mbito provincial, y ha acreditado su dureza para sobrevivir en la cainita vida partidaria, mientras Borrell quedaba extra?o en ese paisaje porque hab¨ªa desempe?ado sus principales responsabilidades pol¨ªticas en cargos p¨²blicos de gesti¨®n.
Rodr¨ªguez Zapatero no s¨®lo est¨¢ familiarizado con el aparato del PSOE, sino que ha crecido entre las paredes del Congreso de los Diputados y ha visto de cerca dirigir el Grupo Parlamentario Socialista, donde han radicado sus apoyos para lanzarse a la carrera por el liderazgo. Distante del guerrismo, como tambi¨¦n lo estuvo Borrell, ¨¦l ha pactado con ese sector a la vez que ha demostrado pulso para denegar al guerrista Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra una vicesecretar¨ªa general, que no ha creado. A diferencia tambi¨¦n de la etapa inicial de Borrell, Zapatero arranca con una actitud de confianza hacia la mayor¨ªa de los dirigentes territoriales del partido y con la ventaja, de la que careci¨® Borrell, de que no habr¨¢ tolerancia con quienes pongan piedras en el camino.
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