Di¨¢logo

Tras cuatro a?os de conflictos en los que la tensi¨®n parec¨ªa ir en aumento cada a?o, el pasado mes de junio, el Alarde de Ir¨²n se desarroll¨® pr¨¢cticamente sin incidentes. Y digo Alarde (aunque s¨¦ que se celebraron dos) porque el oficial sigue siendo el mixto y porque los incidentes se han producido alrededor de ¨¦ste, provocados por las personas partidarias del Alarde tradicional.El a?o 2000 ha sido, pues, el a?o de la distensi¨®n. Confiemos tambi¨¦n en que sea el a?o que marque el punto de inflexi¨®n necesario para que en un futuro no muy lejano exista un ¨²nico Alarde en el que no se discrimine a las mujeres.

Y si el problema parece haber entrado en v¨ªas de soluci¨®n en Ir¨²n, no parece que ocurra lo mismo en la vecina Hondarribia. Faltan casi dos meses para que esa ciudad celebre su propio Alarde; sin embargo, las posturas respecto a la participaci¨®n como soldadas de las mujeres en el mismo siguen igual de recalcitrantes, por no decir m¨¢s. Por ello ser¨ªa deseable que el alcalde de Hondarribia tomara nota de lo ocurrido en Ir¨²n y abriera una v¨ªa de di¨¢logo que desemboque en la participaci¨®n de las mujeres en el Alarde (como escopeteras, txistularis o lo que deseen) sin ning¨²n tipo de cortapisas y sin ning¨²n tipo de discriminaci¨®n respecto a los compa?eros varones.-